Jermain Defoe, el jugador del
Sunderland, protagonizó el pasado domingo la escena más emotiva del fútbol inglés en un partido donde el resultado fue lo de menos.
El delantero saltó al campo con
Bradley Lowery, un niño con cáncer terminal con quien mantiene una amistad especial. Aunque tanto
Defoe como el club ya habían mostrado su interés por el pequeño anteriormente, hace unos días lo volvió a hacer al pasar una noche junto a
Lowery en el hospital donde el niño recibe el tratamiento que lucha contra el neuroblastoma.
#[twitter;IAmJermainDefoe/status/846088460272324610]
El
veterano, autor de uno de los dos goles del partido junto a
Vardy (2-0), contó con el apoyo de su compañero
Joe Hart, quien le cedió el sitio del capitán para que
Defoe pudiera saltar al terreno de juego junto al pequeño.
Con los pies sobre el césped del mismísimo
Wembley, Lowery y Defoe vivieron y protagonizaron otro de los momentos más conmovedores de la jornada.
Cuando el himno comenzó a sonar, el pequeño se giró y abrazó al futbolista buscando el afecto del mismo, quien no dudó y colocó sus manos en la espalda del pequeño en un gesto protector. En el minuto 22 y después de más de 4 años sin marcar con su selección, Defoe adelantó en el marcador al equipo lituano y aprovechó la ocasión para dedicar el gol al pequeño.
Una vez más, el fútbol vuelve a dejar constancia de que el deporte puede ser algo más que una competición donde solo importa lo que el marcador marque en el pitido final.
EFE2 min lectura