La decisión del
Reino Unido de abandonar la
Unión Europea (UE) puede cambiar radicalmente el fútbol británico, desde la poderosa
Premier League, la liga más rica del mundo, hasta la modesta
League Two, la cuarta división inglesa, pasando por la
Scottish Premiership, el campeonato escocés.
La
Premier League y los clubes de todas las divisiones, además de un nutrido grupo de exjugadores, apoyaron públicamente la permanencia en el bloque comunitario y destacaron los beneficios económicos y deportivos que el balompié inglés ha obtenido gracias a los futbolistas foráneos.
De acuerdo con
Richard Scudamore, presidente ejecutivo de la liga inglesa, que apoyó fervientemente la permanencia, el divorcio de la
UE condicionará el futuro del balompié inglés como el más atractivo y rentable del mundo y mandará un mensaje negativo a los inversores.
En la actualidad, los partidos de la
Premier llegan a más de 730 millones de hogares en 185 países diferentes y su contrato de derechos de televisión está valorado en 5.136 millones de libras (5.960 millones de euros) por el curso actual y los dos próximos.
Aunque todavía no se conoce cómo será la relación del
Reino Unido con la
UE y cuál será la legislación en materia de tránsito laboral, la decisión de dejar el bloque comunitario impediría a los clubes ingleses fijarse en futbolistas relativamente poco conocidos y hacerse con ellos por cantidades no muy elevadas.
Los jugadores de países de la
UE necesitarían, en principio, un permiso de trabajo similar al que se les exige a día de a hoy los futbolistas extracomunitarios para poder recalar en un equipo de cualquier división del balompié británico.
El Ministerio británico del Interior requiere a un futbolista de un país que esté entre los 10 mejores del ránking
FIFA haber jugado el 30% de los partidos de su selección en los últimos dos años, mientras que si el combinado nacional está entre el puesto 11 y 20 el futbolista deberá haber disputado el 45% de los encuentros.
El porcentaje se incrementa hasta el 60% de los duelos si el país está entre los puestos 21 y 30, al tiempo que sube hasta el 75% si la selección marcha en el ránking entre la posición 31 y 50.
Alternativamente, si el jugador no cumple este requisito, el club debe demostrar que tiene una "calidad excepcional" para pagarle un salario superior a la media de la liga, que se encuentra en torno a los 1,7 millones de libras por temporada (1,9 millones de euros).
A día de hoy, alrededor de 135 futbolistas europeos que son titulares en equipos de la
Premier League tendrían problemas para recibir este permiso de trabajo si tras el 'brexit' se mantienen las regulaciones.
Futbolistas como
David De Gea, Anthony Martial, N'Golo Kanté, Kurt Zouma, Héctor Bellerín o
Emre Can, estrellas de
Manchester United, Chelsea, Arsenal y
Liverpool, recalaron en la máxima división del fútbol inglés muy jóvenes, antes de asentarse en sus respectivas selecciones.
Sin embargo,
Sally Shorthose, experta en derecho deportivo del despacho de abogados Bird & Bird, cree que los jugadores de primer nivel "es el grupo menos vulnerable" y que el '
brexit' no afectará tanto a la
Premier League, "sino a las divisiones inferiores del fútbol inglés".
"Todo está en el aire y aún no se ha empezado a negociar, aunque el caso de los futbolistas estoy convencida de que será diferente del trabajador normal. Ellos tendrán su propia categoría. Para los clubes no será difícil demostrar que tienen un talento especial, pero sí mucho más papeleo", dijo Shorthose a Efe.
"Creo que los requerimientos serán parecidos a los que se piden a los latinoamericanos, estadounidenses, africanos o asiáticos. Eso sí, será más complicado traer extranjeros, por lo que la liga será menos atractiva para el inversor. El caso de las divisiones inferiores es diferente; el '
brexit' les va a afectar muchísimo más", señaló.
El divorcio europeo ha llegado también hasta la
UEFA, que ha advertido que el
Reino Unido podría tener "problemas serios" para albergar finales de
Liga de Campeones,
Liga Europa y
Eurocopa. Londres, donde se jugará una de las semifinales y la final de la Euro 2020, y Glasgow, son dos de las 13 sedes seleccionadas para el
Campeonato de Europa de dentro de tres años.
"Si se consuma el '
brexit' todo cambia, pero el fútbol se jugó en el pasado y se seguirá jugando en el futuro. Es cierto que incluso en 2020 puede ser un problema para los aficionados. Con la libre circulación estamos mucho mejor", alertó
Aleksander Ceferin, presidente de la
UEFA, máximo organismo del balompié europeo.