Ray Woodhall sabía que estaba forzando más de lo que debía, sin embargo nunca se imaginó hasta dónde podía llegar. Había jugado seis partidos de fútbol de 10 minutos en una modalidad que está causando furor en Reino Unido, el
fútbol caminando.
Entonces empezó a sentir un fuerte dolor en el pecho que acabó en
27 infartos durante varias horas que lo mantuvieron entre la vida y la muerte. "Morir fue como quedarse dormido", afirmó. El hombre, de 54 años es un veterano que, en un principio, pensaba que se estaba deshidratando.
El equipo médico que lo atendió afirma que nunca habían tenido un caso similar. Incluso una de las enfermeras llegó a disculparse con el paciente por haber tenido que bombear su pecho en tantas ocasiones.
Woodhall, quien admite que sintió mucho miedo con el último infarto, explica que su mujer lo vio morir delante de ella. Ya fuera de peligro, al inglés le quedan aproximadamente unos seis meses para recuperarse.