Lleva varias ventanas siendo vinculado con el
Real Betis y el
Sevilla FC. Ni siquiera la crisis heredada de la
pandemia frenó a quienes relacionaban a
Joao Mario con los dos clubes hispalenses, especialmente el verdiblanco, aunque
ESTADIO ya explicó que se trataba de una operación inviable. Además, el Inter ha intentado por todos los medios recuperar la descomunal inversión (
40 millones de euros) que realizó hace un lustro, si bien únicamente ha conseguido liberarse de su enorme fiche (más de cuatro kilos netos por temporada) y arañar algo de sus cesiones al
West Ham (1,2 millones) y el
Lokomotiv de Moscú.
Ni los londinenses ni los rusos hicieron frente a la
opción de compra que recogían aquellos contratos de préstamo, de 18 kilos en el caso de los rojiverdes, por lo que los 'neroazzurri' se conformaron en octubre pasado con quitarse de nuevo de encima una '
patata caliente' que pronto va a abandonar el Giuseppe Meazza. El mediocentro ofensivo ha vuelto esta campaña al
Sporting, un negocio redondo se mire por donde se mire para los lisboetas, que asumen sus altos emolumentos, pero que no tendrán no ya
obligación, sino tampoco un precio fijado para su posible adquisición el próximo verano.
Amigo y compatriota de
William Carvalho, el también luso-angoleño está firmando una notable campaña en el José Alvalade, con
26 encuentros en su haber entre cuatro competiciones, en los que ha anotado
dos tantos y brindado otras tantas asistencias. Números atractivos para que el otrora internacional absoluto con Portugal vuelva al candelero, si bien su desmesurado
caché, de otra época definitivamente, le deja a expensas de un club 'Top' o de una Liga
exótica en la que se puedan pagar esas barbaridades.
Sin embargo, el ruinoso trato que, a la postre, realizó el
Inter vivirá un episodio importante el próximo verano, última ventana de hecho para que los lombardos obtengan algún rédito (por supuesto, ada de recuperar aquellos 40 kilos) por Joao Mario. Y es que, con contrato en San Siro hasta
2022, el centrocampista creativo podría comprometerse con quien deseara a partir de la Nochevieja de este año, marchándose gratis de su actual club, donde nunca apostaron realmente por él en forma de
continuidad y confianza.
Por tanto, Joao Mario se convertirá en unos meses en una
oportunidad de mercado. Quizás no para el Betis, pero sí para quienes puedan realizar un desembolso modesto por un futbolista de
28 años y muchos quilates, convenciendo al Inter y ofreciendo al susodicho un contrato de
media-larga duración en el que prorratear la alta cantidad que ahora cobra. Más, incluso, lo será en el mercado invernal que se avecina, aunque entonces puede ser mayor el coste de la operación por la
prima de fichaje que seguramente exigirá el porteño.