La salida de
William Carvalho, mucho mejor si se completa en forma de
traspaso que ronde (entre fijo y variables) los
18-20 millones de euros que precisa el Betis para equlibrar sus cuentas, pero también bajo la modalidad de
cesión con opción/obligación de compra, siempre que aquélla sea
remunerada, supone la principal tabla de salvación a la que se aferran los heliopolitanos en este mercado invernal, cuando urge
reforzar el centro de la defensa (con el griego del Arsenal
Sokratis Papastathopoulos esperando al parecer para venir) especialmente. Para que haya entradas (o en singular), debe haber
salidas (en plural).
Con los tres
delanteros en el mercado por si cae la breva, en la planta noble del Benito Villamarín echan cuentas sobre el importante
ahorro sólo en
fichas que supondría, sin ventas, los préstamos del mediocentro nacido en Angola y de
Borja Iglesias, por ejemplo, que ganan entre los dos casi cinco millones de euros, pero la necesidad es mayor de aquí al 30 de junio, con la aplazada
Eurocopa como bala desperdiciada el pasado verano. Queda la
ingeniería financiera de la que habla
Ángel Haro, aunque los ingresos extraordinarios siguen siendo la vía más rápida y cuantiosa para evitar una rebaja drástica en el tope salarial de la
21/22.
El caso es que, como ya se advertía en ESTADIO, la marcha de Carvalho no es un asunto que vaya a resolverse de manera
inminente, sino que apunta, en el mejor de los casos, a las
postrimerías de enero. Y es que una operación de esta magnitud no deja de tener trabas, empezando por las altas exigencias béticas y terminando por las limitaciones del Benfica, que ya ha gastado más de
100 millones esta campaña en fichajes, contando los 6,5 que piensa desembolsar por el central italo-brasileño del Santos
Lucas Veríssimo. Ahora, reunir lo pertinente para reclutar al luso-angoleño le obligará a desprenderse de
Chiquinho y Cervi.
Pero es que, encima, cada día que pasa surgen
trabas nuevas para que el traspaso de Carvalho se complete. Primero, los medios portugueses publicaron que no estaba dispuesto a ajustar su
sueldo (2,5 kilos netos aquí) a la realidad monetaria de las 'Águilas' post pandemia, mientras que lo último atañe a su vinculación emocional con el Sporting, que
ya había desatado una oleada de críticas en el país vecino por la posible '
traición'. Así, '
SIC Notícias' desvela en una presunta
exclusiva que el jugador habría rechazado a los encarnados por su
pasado como 'león', considerando que, al menos en esta ventana de enero, no es el
momento de volver al país cuya selección representa.
Además, los compañeros de 'Diario de Sevilla' apuntan que, como hacen los cuatro grandes de Portugal, el
Sporting no sólo ingresaría el 20% de cualquier venta de William (
un 5% de los derechos que conservaba los perdió en la operación de Feddal), sino que incluyó una
cláusula en el contrato de traspaso al Betis en 2018 por el que, si el centrocampista acababa firmando por
Benfica, Oporto o Braga, habría de pagar una
indemnización extra a su ex equipo, apartado que suelen incluir todos respecto al resto de escuadras habitualmente. Una complicación más para que Carvalho acabe viendo 'Da Luz'.