Desde hace, al menos, dos años,
Joao Mario es un objeto de deseo en
Heliópolis. Su escasa presencia en el
Inter, que pagó la friolera de
40 millones de euros al
Sporting Clube de Portugal en
2016 por su pase, animaba a los clubes europeos a hacer sitio en sus plantillas a este talentoso mediocentro creativo que maravilló hace un lustro. Su amigo y paisano
William Carvalho (ambos son portugueses pero con ascendencia angoleña) le animó a vestir de nuevo de verdiblanco, pero en Sevilla, aunque la operación
nunca cuadró en términos monetarios.
El
West Ham pagó
1,2 kilos por su cesión y asumió su ficha en el mercado invernal de la
17/18, si bien no cuajó en Inglaterra, donde, por unos días, no coincidió con
Manuel Pellegrini, que se hizo cargo del conjunto londinense ese verano. Sin compartir vestuario, el chileno sabe de la calidad del porteño, por lo que no tendría problemas en hacerle sitio en su plantilla. Desde Italia
vuelven a insistir en el Betis, habida cuenta de que, pese a tener más continuidad en Rusia este último ejercicio, el
Lokomotiv tampoco ha ejercido la opción de compra de
18 millones de euros recogida en el contrato, por lo que Joao Mario vuelve a ser una
'patata caliente' para los 'neroazzurri'.
Celta,
Marsella y
Benfica estarían también interesados en un centrocampista que,
como ya avanzó ESTADIO Deportivo, cobra
cuatro millones de euros y está, lógicamente, lejos de las posibilidades heliopolitanas, salvo en una carambola de
ingeniería financiera en la que el luso-angoleño pudiese rescindir con el Inter y firmar un contrato de larga duración (tiene
sólo 27 años) en el que prorratear sus inasumibles emolumentos. Con todo, lo más probable es que Joao Mario siga apurando sus
aventuras, más o menos exóticas, hasta que quede libre o lo liberen para elegir un destino acorde a sus
exigencias.