Con chanclas y a lo loco

Si el objetivo era lavar la imagen en este tramo final de temporada, para al menos atenuar el amargo sabor de boca del beticismo, por mal camino van Víctor y los suyos después de tres derrotas consecutivas. Sin nada en juego, el técnico madrileño optó por realizar probaturas, renunciado a su innegociable zaga de cinco hombres para pasar a una línea de cuatro atrás y colocar a Mandi de pivote, con Petros y Donk, jugadores específicos, en el banquillo. Realmente, si no prueba ahora... Pero lejos de funcionar, su experimento resultó disparatado, tanto a la hora de contener como en la creación.

En defensa, su equipo se mostró excesivamente frágil por el centro. Y de ello se aprovechó el Leganés, el segundo equipo menos realizador de LaLiga, para cerrar el partido con dos goles en sólo 14 minutos. Una debilidad que no se vio compensada con un mayor arrojo ofensivo, ya que a los verdiblancos, sin extremos que abran el campo de verdad, les costaba un mundo salir, tocando excesivamente en horizontal y recurriendo a balones en largo para saltarse las líneas de presión banquiazules.

Del pobre primer acto, apenas se pudo rescatar el ímpetu de Rafa Navarro por la derecha. Por ahí llegaba el escaso peligro. Pero la diferencia de intensidad era tanta, lógica por lo que se jugaban uno y otro, que hacían falta más dosis de orgullo para lavar la imagen. Víctor, en cambio, no movió ficha hasta el 60’, dando entrada a Joaquín y Cejudo, que lejos de abrir el campo contribuyeron a aumentar el atasco mientras el Leganés hacía dos goles más y Butarque era una fiesta. El Betis llevó los regalos.