En la última emisión de 'El Desafío', Pablo Castellano se enfrentó a uno de los retos más complicados hasta la fecha conducir un coche marcha atrás sobre una pasarela sin despeñarse en el intento. Aunque el influencer intentó restar importancia a sus habilidades previas en marcha atrás, admitió: "La marcha atrás nunca se me ha dado bien".
La dificultad del desafío quedó patente cuando incluso el coach asignado a esta prueba solo logró atravesar la pasarela una vez y necesitó ayuda para hacerlo. Ante esto, Roberto Leal salió en defensa de Pablo, reconociendo la complejidad del reto: "Lo que tiene que hacer Pablo Castellano es dificilísimo".
Durante el reto, Pablo mostró un buen ritmo inicial al llegar al primer tramo de la pasarela, recibiendo el reconocimiento del público presente. Sin embargo, una pequeña desviación de una de las ruedas lo llevó a detenerse y reajustarse. A pesar de su esfuerzo, el influencer no pudo completar el desafío y experimentó una profunda decepción al ver cómo el coche caía.
Ante el desempeño de Pablo, Juan del Val salió en su defensa, reconociendo la dificultad extrema de la prueba. Sin embargo, Pablo recibió pocas puntuaciones en la votación final. Afortunadamente, Pilar Rubio, tras reflexionar sobre la situación, decidió utilizar el botón de la justicia para otorgarle cinco puntos adicionales al influencer, evitando que quedara en última posición. Este fue el primer momento de protagonismo para ella en el programa, por el otro fue el espectacular vestido que llevaba, el cual generó miles de cometarios en las redes sociales.
Pilar Rubio, jurado del programa, no solo destacó por sus decisiones en la votación, sino también por su impactante vestuario. A sus 45 años, la esposa de Sergio Ramos lució un espectacular vestido transparente que capturó la atención de todos los espectadores. Su estilo no pasó desapercibido en las redes sociales, donde el vestido generó un gran revuelo.
Después de disipar los rumores de crisis en su relación, Pilar Rubio y Sergio Ramos fueron vistos disfrutando de una tarde de compras por la exclusiva "Milla de Oro" en Madrid. La pareja no escatimó en gastos y se decantó por artículos de alta gama en la boutique de Louis Vuitton. Entre las adquisiciones se encontraba una bolsa de viaje modelo Speedy P9 40 y una maleta Rolling Trunk, sumando un total de 16.300 euros, demostrando que su amor por el lujo sigue más fuerte que nunca.