La exgimnasta española Almudena Cid ha sido la invitada este viernes al programa de 'Joaquín, el Novato', donde ha relatado sus experiencias y ha dado muestras de que ha vivido una vida llena de altibajos y desafíos. Desde su éxito en los Juegos Olímpicos de Pekín hasta su conmovedora historia de amor y pérdida. Una entrevista en la que el ya excapitán del Betis dio muestras de que va aprendiendo y que está ya lejos de ser ese novato que dice ser su programa. Al menos, a la hora de las entrevistas. Y es que no dudó el portuense en meter el dedo en la llaga y preguntarle a Almudena Cid si había conseguido perdonar a Christian Gálvez. Una relación que se rompió tras 15 años con un divorcio que dejó una profunda huella en la invitada de ‘Joaquín, el Novato’.
“Lo he pasado muy mal, el otro día me dijo una mujer que como era posible que una tía tan fuerte, tan valiente y con cuatro Juegos Olímpicos esté así”, respondía la también esdeportista vasca. Junto a ello, Cid explicó que el final de su etapa como gimnasta coincidió con el amor: “Esa transición la elabora con esa figura ahí, era una cosa mental y cuando llega algo que tú no esperas, sentí que mi vida entera se había ido”.
Tras 15 años de relación, la entrevistada reconoció que “ha tenido que hacer un trabajo muy importante" y que "tenía que pasarlo porque ha significado el cierre de mi carrera deportiva”. La deportista ha pasado miedo por su futuro, “pensaba que nadie me iba a llamar y lo veía todo negro”, afirmó.
Una entrevista en la que Almudena Cid se abrió en canal ante Joaquín Sánchez, reconociendo que la ayuda de los suyos ha sido vital a la hora de conseguir cerrar esa herida: “Sí, no tenía que ver con él, tenía que perdonarme yo y aceptarme yo porque todo giraba sobre como veía yo la vida después de la gimnasia”.
Al margen de su historia personal, Almudena Cid compartió una perspicaz diferencia entre sacrificio y esfuerzo. Mientras que en el sacrificio se pierde una parte de uno mismo, el esfuerzo implica trabajar duro sin perder la autenticidad. Esta revelación la llevó a repensar su enfoque en las relaciones sentimentales y a comprender que no se trata de sacrificarse, sino de esforzarse y crecer juntos. En sus palabras: "yo creía que en la vida en pareja conseguía cosas sacrificándome y no tiene nada que ver”.
Uno de los momentos más significativos de la carrera de Almudena Cid fue cuando besó el tapiz en los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008, tras completar sus ejercicios. Este momento representó su libertad y la sensación de tener el control sobre su destino. Almudena comparó este momento con el cierre de la carrera deportiva de Joaquín, lo que conmovió profundamente al excapitán del Betis. En sus propias palabras: "Es un momento en el que dices, he decidido yo el dónde, cuándo y cómo acabar”. Junto a ello, apostilló: "Volver a ese beso fue una nueva partida en mi destrozo personal”.