Sandra Romero3 min lecturaSituación de alerta en el Ministerio de Sanidad, donde estudian la posibilidad de que la próxima temporada de gripe presente un escenario similar al que se viene observando en el hemisferio sur, donde países como Australia vienen registrando un aumento significativo de hospitalizaciones. Por ello, las autoridades sanitarias españolas estudian la posibilidad de recomendar nuevamente el uso de mascarillas en espacios cerrados y transporte público.
La situación actual, lógicamente, dista mucho de la vivida en plena pandemia del covid-19, pero el Gobierno opta por la prudencia y tomar medidas preventivas con la que tratar de evitar un posible colapso del sistema sanitario. A lo largo de los años de pandemia se adquirió una experiencia que demuestra que el uso de las mascarillas es eficaz como barrera de contención a la hora de la transmisión de virus respiratorios. Pese a ello, por ahora no se ha decretado ninguna medida obligatoria.
Será la evolución de la gripe la que acabe de marcar la manera de actuar por parte del Ministerio de Sanidad, que viene realizando un seguimiento exhaustivo de los indicadores clave, como son el número de positivos, las hospitalizaciones y la ocupación de las unidades de cuidados intensivos. La decisión de recomendar el uso de mascarillas dependerá de gran medida de la evolución de la situación epidemiológica.
Cabe recordar que la gripe es una enfermedad estacional que puede provocar complicaciones grave, especialmente en personas mayores, niños de corta edad y enfermos crónicos. Por ello, el uso de mascarillas y otras medidas preventivas como la vacunación y el lavado de manos pueden ser muy útiles para reducir la transmisión del virus.
Como venimos contando, uno de los principales motivos detrás de la propuesta es la protección de los grupos más vulnerables, ya que los expertos avisan sobre la posibilidad de una fuerte ola de combinada con otros virus, lo que podría poner en riesgo a quienes acuden a centros médicos.
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha resaltado al respecto la importancia de tomar decisiones homogéneas entre las Comunidades Autónomas para evitar respuestas dispares ante la situación epidemiológica. Sólo así se podría garantizar una respuesta eficaz en todo el país.
El uso de mascarillas no sólo limitaría los contagios de los pacientes dentro de los hospitales, sino que también ayudaría a reducir el impacto epidemiológico entre el propio personal sanitario, que cada año enfrenta una presión creciente debido a la falta de recursos y personal, especialmente en lo que a la Atención Primaria se refiere.