José Antonio Rivero3 min lecturaUn inusual viaje en tren desde Bruselas a Estrasburgo para una sesión plenaria del Parlamento Europeo se convirtió en una experiencia inolvidable para un grupo de eurodiputados y funcionarios. Lo que se suponía que sería un viaje rutinario se convirtió en una aventura cuando, debido a un error del maquinista, terminaron en la estación del parque temático Disneyland en París, en lugar de su destino original.
La peculiar odisea comenzó cuando el grupo de eurodiputados y funcionarios se encontraba a bordo de un tren que se dirigía a Estrasburgo. El tren partió de Bruselas con la intención de llegar puntualmente a su destino. Sin embargo, unos minutos después de salir del aeropuerto Charles de Gaulle en París, se percataron de que algo no iba como estaba planeado.
Fue entonces cuando el maquinista anunció a través del altavoz del tren que se había equivocado de ruta y que debía corregir el rumbo. Esta sorprendente revelación desconcertó a los pasajeros, quienes no podían creer lo que estaban escuchando. El tren se detuvo en la estación Marne-la-Vallée Chessy, ubicada junto al famoso parque temático Disneyland de París.
Los pasajeros, en su mayoría eurodiputados y funcionarios que se dirigían a la sesión plenaria en Estrasburgo, se encontraron repentinamente en el "Equipo Disneyland", como lo describió la eurodiputada liberal neerlandesa Samira Rafaela en un mensaje en X, la antigua Twitter. Compartió una foto desde el vagón de la cafetería junto a su compatriota socialista Mohammed Chahim. La situación inesperada causó risas y asombro entre los pasajeros.
El tren permaneció detenido durante aproximadamente 20 minutos mientras el maquinista corregía la ruta y continuaba hacia Estrasburgo. Sin embargo, debido al desvío y a la parada no programada, el viaje se retrasó significativamente. Como resultado, llegaron a Estrasburgo 46 minutos después de la hora prevista originalmente.
Este viaje formaba parte del desplazamiento mensual que los eurodiputados y sus equipos realizan desde Bruselas, donde se lleva a cabo gran parte del trabajo de comisiones y actividades diarias. El destino final es Estrasburgo, donde se llevan a cabo los plenos del Parlamento Europeo durante cuatro días al mes.
La duplicidad de sedes parlamentarias entre Bruselas y Estrasburgo ha sido objeto de críticas debido a su falta de practicidad y a la huella de carbono que genera. Sin embargo, la celebración de doce plenos al año en la ciudad francesa está garantizada por los tratados europeos, y París defiende esta tradición con firmeza.
A pesar del inusual desvío y del retraso en su llegada, los eurodiputados y funcionarios seguramente recordarán este viaje inesperado a Disneyland de París como una anécdota humorística en sus carreras parlamentarias.