Los días de tiempo estable que hemos tenido esta semana en España van a terminarse a partir de este viernes 7 de febrero con la llegada de una masa de aire polar. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha puesto en marcha el aviso amarillo por nevadas en zonas del sistema Ibérico, los Pirineos y la cordillera Cantábrica, alertando de una ciclogénesis explosiva.
José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored, avisa que a partir del viernes llegará una masa de aire polar a la Península, lo que hará que el tiempo vuelva a ser más invernal con el regreso de más frío, lluvias y nevadas.
Las temperaturas bajarán de forma generalizada, aunque de mayor manera en el norte peninsular. Este descenso se notará sobre todo en las máximas, con bajadas de hasta 5 o 6 grados centígrados en comparación con las temperaturas de este jueves.
Este frente se cruzará la Península y dejará bastantes lluvias a su paso, produciéndose nevadas en las zonas montañosas del centro y norte peninsulares. Eso sí, Canarias quedará al margen de este regreso de invierno.
Este año la Semana Santa se celebra bastante tarde, comenzado el 13 de abril con el Domingo de Ramos y terminando el día 20 con el Domingo de Resurrección, mientras que el año pasado tuvo lugar del 24 al 31 de marzo.
Por otro lado, el equinoccio de primavera empieza este año el jueves 20 de marzo de 2025, un inicio de estación que estará marcado por el fenómeno meteorológico de El Niño.
Jorge Rey, conocido por sus predicciones meteorológicas, cuenta en Diario de Sevilla que "un frente atlántico que hará bajar las temperaturas" la semana del 7 de abril, pero luego la estabilidad en el tiempo será la nota dominante. Con una Semana Santa en la que "sólo se esperan algunas precipitaciones en el Cantábrico".
Conocido simplemente como El Niño, se trata de un fenómeno climático relacionado con el calentamiento del océano Pacífico. Es el fenómeno contrario a La Niña, que ocurre cuando se produce un enfriamiento que genera intensas lluvias.
Debido a este fenómeno meteorológico, el verano será cálido, como es habitual, pero tendrá también muchas precipitaciones y tormentas. Este mismo fenómeno también hará que el final del invierno y la primavera sean cálidos gracias al viento del sur, con buen tiempo generalizado salvo cuando llegue algún frente.