España, y concretamente Andalucía, cuenta con numerosos lugares de interés para disfrutar en cualquier época del año. Tanto en su interior como en la costa, cuenta con diversos rincones que cada año atraen a miles de viajeros. En este caso viajamos hasta la comunidad autónoma de Andalucía, a la provincia de Almería, donde tiene un secreto y un tesoro oculto que es increíble.
Se trata del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar, uno de los parques marítimo-terrestres del territorio español afectado por el mayor número de figuras de protección, ya que además de Parque Natural es Reserva de la Biosfera, Geoparque y Zona de especial protección de aves.
Esta localidad almeriense cuenta con más de 25 núcleos y reúne todo tipo de escenarios: desde paisajes volcánicos, playas vírgenes hasta un patrimonio cultural importante. Debido a los contrastes existentes entre el medio marino, el litoral y el terrestre, a las numerosas especies exclusivas que alberga y a las características propias de uno de los ecosistemas más áridos de Europa, este espacio fue también reconocido internacionalmente por la UNESCO como Reserva de la Biosfera y Geoparque Mundial.
Níjar puede considerarse como un compendio perfecto del paisajismo en la provincia de Almería. Se encuentra en las faldas del Paraje Natural Sierra Alamilla y campos de cultivo que, como en buena parte de esta provincia, están cubiertos por ese mar de plástico que son sus invernaderos, auténtica huerta de Europa. A destacar, entre otras cosas, su litoral de más de 60 kilómetros, con playas tan idílicas como la de Los Genoveses y la de Mónsul.
Níjar, ubicado al pie de la cordillera de Sierra Alhamilla, está a 350 metros sobre el nivel del mar, formando un conjunto urbano interesante, gracias a su arquitectura de origen árabe, laberíntica y estrecha, por la blancura de sus casas. En la localidad encontramos su iglesia mudéjar. Además de su valor patrimonial y paisajístico merece la pena visitar la localidad e Níjar por su artesanía, que es de gran diversidad: esparto (objeto, cestas, alfarería), jarapas (colcha, alfombra, tejido de algodón) y cerámica.
La gastronomía nijareña es una cocina que sorprende con una colección de platos "pobres" de rico sabor casero y cuidada elaboración. Emplea productos agrícolas, productos del mar y productos derivados de la matanza. La harina 'torcía', plato entre los gurullos y las migas, le recordará la presencia árabe. Los pescados se encuentran en guisos según recetas autóctonas, reconocibles por el pimentón y las especias, pero su interés principal radica en le preparado típico de costa, de exquisita y fresca materia prima.