La Comisión Europea ha dado un paso significativo en la lucha contra la contaminación por microplásticos al aprobar el "Reglamento sobre la restricción de los microplásticos", que prohíbe la venta de purpurina de plástico no biodegradable e insoluble. Esta medida, que entró en vigor el 17 de octubre, busca abordar el problema de los microplásticos en la industria de la purpurina, que ha contribuido a la contaminación de los océanos y ha afectado a la cadena alimentaria.
El objetivo de esta prohibición no es eliminar la purpurina como elemento decorativo, sino reemplazar las variedades que contienen microplásticos por alternativas más respetuosas con el medio ambiente. La Comisión Europea subraya que "las purpurinas biodegradables, solubles, naturales o inorgánicas no se consideran microplásticos y pueden seguir vendiéndose".
La medida es parte de una respuesta urgente a la liberación de alrededor de 42.000 toneladas de microplásticos intencionadamente agregados a productos en la Unión Europea cada año. Estos microplásticos contaminan los mares y océanos, y a menudo ingresan en la cadena alimentaria, lo que representa un riesgo para la salud humana. Se estima que entre el 21% y el 54% de todas las partículas de microplásticos del mundo se encuentran en la cuenca del Mediterráneo.
La Comisión Europea destaca la importancia de evitar la presencia de microplásticos en los alimentos y señala que "una vez en el medio ambiente, los microplásticos no se biodegradan y no pueden eliminarse. Se acumulan en los animales, incluidos los peces y los mariscos, y, por tanto, los seres humanos también los consumen a través de los alimentos". La nueva normativa busca reducir las emisiones de microplásticos en un 70%, lo que equivale a evitar la emisión de aproximadamente medio millón de toneladas de estos productos en los próximos 20 años.
El carnaval, ya sea el de Cádiz, el de Canarias o el de Brasil, todos tienen en común los disfraces, el maquillaje y la purpurina. Esta nueva medida cambiará la forma de maquillarse, puesto que, aunque no todo desaparecerá de inmediato, puede ser que los maquillajes y elementos usados para tal fin se encarezcan.
La purpurina plástica decorativa, que se utiliza en manualidades y artículos como juguetes y textiles, ya no se puede comercializar. Sin embargo, algunos productos cosméticos que contienen purpurina plástica tendrán un "periodo transitorio" para su comercialización, pero deberán llevar etiquetas que indiquen su contenido de microplásticos. Estas etiquetas serán obligatorias a partir del 17 de octubre de 2031 hasta el 16 de octubre de 2035, para productos de maquillaje, labios y uñas que aún contengan microplásticos.
La prohibición de la venta de purpurina de plástico no biodegradable es un paso importante hacia la protección de nuestros océanos y la reducción de la contaminación por microplásticos. La Comisión Europea está trabajando para abordar esta preocupante cuestión ambiental y garantizar un futuro más sostenible para todos.