José Antonio Rivero3 min lecturaEl 22 de diciembre, a las 9 de la mañana, se despliegan los bombos en el majestuoso Teatro Real de Madrid, escenario que acoge el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad. Este evento no solo mantiene en vilo a muchos españoles, sino que ha logrado atraer la atención de algunos afortunados extranjeros. Con la llegada de este día, la incertidumbre llega a su fin, revelando si ese décimo adquirido con compañeros de trabajo, en el bar de siempre o en Doña Manolita, es portador de la fortuna anhelada. Pero, ¿por qué esta fecha es inamovible? ¿Podría celebrarse en otro momento del periodo navideño?
Para comprender el origen de este evento tan arraigado en la cultura española, es necesario retroceder en el tiempo hasta la España devastada por la Guerra de la Independencia. En 1812, las tropas napoleónicas lograron conquistar todo el país, excepto Cádiz. En este contexto, Ciriaco González Carvajal, ministro del Consejo y Cámara de Indias, ideó un sorteo de lotería, inspirado en el que instauró el marqués de Esquirlache durante el reinado de Carlos III en México en 1771.
El primer sorteo se llevó a cabo el 18 de diciembre de 1812, con el objetivo de recaudar fondos para las arcas del Estado, exhaustas por los costes de la guerra. Cada billete tenía un costo de 40 reales, y el premio mayor, llamado "El Gordo" con una dotación de 8000 reales, fue para el número 03604. Este sorteo, inicialmente conocido como la 'Lotería Moderna', se mantuvo sin interrupciones, incluso durante la Guerra Civil.
Fue en 1892 cuando el sorteo adoptó el nombre que conocemos hoy, "Lotería de Navidad", y comenzó a celebrarse el 23 de diciembre. Sin embargo, a partir de 1992, la fecha quedó fijada en el 22 de diciembre, independientemente de si era domingo u otro día de la semana. Esta decisión rompió con la tradición de cambiar la fecha en caso de que el 23 de diciembre cayera en domingo.
En la última década del siglo XX, se decidió consolidar el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad el 22 de diciembre, sin importar el día de la semana en que este cayera. Desde 1992 hasta la actualidad, esta fecha ha sido inmutable, convirtiéndose en una tradición arraigada en la cultura española. La venta de décimos comienza a lo largo de la primera quincena de julio, generando la anticipación y emoción que culminan cada año en el majestuoso Teatro Real de Madrid.