La Asociación Orden Soberana del Temple de Cristo, autoproclamada como los herederos de los Caballeros Templarios, ha interpuesto una demanda de conciliación contra el Papa Francisco con el objetivo de lograr la rehabilitación de la orden, suspendida en el año 1312. Este reclamo, que despierta el interés por su curiosa premisa, plantea una serie de cuestiones legales y teológicas interesantes.
Los demandantes argumentan que la suspensión de la Orden del Temple en 1312, en el Concilio de Viena a través de la Bula Vox Calamantis, fue llevada a cabo "de manera ilegítima" y no basada en una sentencia judicial, sino en una Ordenanza Apostólica del Papa Clemente V. Afirman que esta decisión fue influenciada por presiones ejercidas por el Rey Felipe el Bello. Sostienen que la Orden fue disuelta sin un debido proceso y sin presentación de pruebas adecuadas. Alegan que de los 15.300 caballeros templarios en el momento de su arresto, 650 fueron asesinados y 14.650 lograron escapar, mientras que su Gran Maestre Jacques de Molay fue quemado en la hoguera en 1314.
Por lo tanto, su demanda busca la "rehabilitación" de la Orden del Temple, conocida en la actualidad como la Orden Soberana del Temple de Cristo. También solicitan una compensación económica por la incautación de sus bienes, la mayoría de los cuales, según afirman, fueron entregados a la Orden de San Juan del Hospital de Malta.
Entre otras peticiones, los demandantes desean que se reconozca el sacerdocio templario según el rito de Melquisedek. También buscan autorización para construir oratorios y capillas, que la colecta del día de San Bernardo en todas las parroquias sea para su Orden, acceso a los archivos del Vaticano relacionados con la Orden, y la devolución de la Iglesia de la Vera Cruz de Segovia.
Adicionalmente, demandan que todos los templarios medievales que fueron torturados y asesinados sean considerados mártires y buscan la autorización para formar "un ejército o cuerpo armado" y participar como mediadores en conflictos religiosos.
Los demandantes hacen un llamado al Papa para que proclame un Decreto que recoja estas demandas y sea comunicado en todas las parroquias y conventos. Además, buscan que la Orden, una vez rehabilitada, dependa únicamente del Papa, no de la Curia ni del clero, y sea considerada una prelatura personal. Finalmente, solicitan una audiencia privada con el Pontífice.
Cabe destacar que esta no es la primera vez que la Orden Soberana del Temple de Cristo busca su rehabilitación. Han presentado varias demandas de conciliación y demandas de juicio ordinario a lo largo de los años, buscando el reconocimiento de su legado y la restauración de su orden.
Esta demanda plantea una serie de cuestiones interesantes, tanto legales como históricas y religiosas, y arroja luz sobre un capítulo intrigante de la historia de los templarios y su posible continuidad en el mundo moderno. Sin embargo, las posibilidades de éxito en esta solicitud son inciertas, ya que se enfrenta a un legado histórico complejo y a las estructuras actuales de la Iglesia Católica.