El pasado 16 de octubre de 2023 se confirmó la angustiante noticia de que el cuerpo encontrado entre dos vagones en la estación de Santa Justa pertenecía a Álvaro Prieto, un joven de 18 años de los juveniles del Córdoba CF que había desaparecido el 12 de octubre en Sevilla.
La manera en que se encontró el cuerpo de Álvaro Prieto sigue siendo impactante. Un reportero de Televisión Española, durante una conexión en directo con un reportero de la cadena, capturó lo que parecían ser las piernas y los zapatos de una persona entre un vagón en movimiento. Este descubrimiento marcó el triste desenlace de una búsqueda que mantuvo en vilo a la comunidad.
Tras la confirmación de la identidad de Álvaro Prieto, diversas cuentas de Twitter, grupos de Telegram y otras plataformas se llenaron de bulos y especulaciones sobre las circunstancias de la muerte del joven futbolista. La desinformación alcanzó niveles alarmantes, con muchos rumores teñidos de tintes racistas y ofensivos hacia la comunidad gitana. Sin embargo, la verdad comenzó a emerger, desafiando estas narrativas engañosas.
El juez a cargo de la investigación decidió archivar el caso al no encontrar indicios de la participación de terceras personas en la muerte de Álvaro Prieto. Esta conclusión generó una nueva ola de condena en las redes sociales, donde muchos expresaron su frustración por la desinformación que había circulado meses antes. Óscar Puente, entre los críticos, compartió su perspectiva, destacando la impunidad de aquellos que difunden falsedades y el preocupante respaldo que encuentran.
"Una noticia que pasó sin pena ni gloria. Los que sembraron todo tipo de falsedades seguirán haciéndolo en la más absoluta impunidad y seguirán contando con un público fiel que les cree a pies juntillas. Tiempos extraños, los que nos toca vivir", reivindicó Puente en sus redes sociales, subrayando la preocupante realidad de la desinformación y su arraigo en ciertos sectores de la sociedad.
La desinformación, que se propagó en redes sociales, tejía hipótesis sin fundamento sobre la muerte de Álvaro. Una de las teorías sostenía que estaba huyendo de un "grupo de gitanos", generando odio injustificado hacia esta comunidad. Estos bulos, además, implicaban a la chica con la que Álvaro estuvo en una discoteca antes de su muerte. La propia joven desmintió la información, instando al respeto por la víctima.
Ante estas noticias falsas, la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas Universitarias (FAKALI) denunció los hechos ante la Fiscalía General. Solicitaron que "los agitadores del 'antigitanismo' aprovechan el foco para criminalizar al pueblo gitano sin pruebas, vertiendo más odio". Este llamado a la prudencia destaca la importancia de combatir la desinformación que puede tener consecuencias devastadoras en la percepción y la convivencia de las comunidades.