Iker Castaño3 min lecturaEntrados en el mes de octubre y encarando la recta final de año, es momento de sacar la agenda y planear un viaje por algún rincón de Europa. Lugares que se presentan como una oportunidad única para descubrirlos gracias a sus temperaturas agradables, paisajes dorados y tonos cálidos que dan ganas de descubrir sus rincones más pintorescos.
Destacamos cinco que si las escogen se aseguran disfrutar de ellas al máximo: la primera de ellas es la ciudad de Brujas, en Flandes, un destino que en la presente estación otoñal tiene un encanto especial. Conocida como la 'Venecia del Norte' por sus canales, ofrece la oportunidad de pasear en un entorno lleno de de árboles cuyas hojas caen suavemente al agua. Su red de canales, por la que muchas veces ha sido comparada con Venecia (de ahí el nombre que recibe), hizo que fuera un importante centro comercial del norte de Europa.
La siguiente ciudad que no deben perderse es Praga, de las más bonitas en otoño. Ciudad de ensueño, de cuentos, de princesas y dragones, la capital de la República Checa es uno de esos lugares que parecen irreales. La luz y la temperatura en esta época del año hacen que pasear por las calles por las que un día lo hizo Franz Kafka sea un verdadero placer y una experiencia difícil de olvidar. La visita al castillo de Praga es algo que no debes perderte, siendo uno de los complejos palaciegos más grandes del mundo.
La tercera recomendación está en Alemania, hablamos de Múnich. Una ciudad cosmopolita con corazón, encantadora, relajada y animada. Es la capital del estilo de vida de Alemania y tiene una de las plazas más bonitas del país, Marienplatz, el centro de Munich con el Antiguo y el Nuevo Ayuntamiento.
Budapest, conocida por sus baños termales, es increíble en otoño, se convierte en algo especial. Adentrarse en las aguas cálidas de los baños Széchenyi mientras las temperaturas empiezan a descender es un plan perfecto para los buscan relajación y disfrutar de la naturaleza en la capital húngara. El contraste entre el frescor otoñal y el calor de las aguas termales convierte esta actividad en una experiencia única.
Por último, no podemos pasar por desapercibido la ciudad de Edimburgo, la capital de Escocia, una ciudad repleta de historia, cultura, atracciones inigualables y una hermosa arquitectura. Sus calles adoquinadas, sus misteriosos callejones, sus festivales de fama mundial y su deliciosa gastronomía en sus restaurantes y cafeterías son para disfrutarlas al máximo.
