Otoño y viajar van de la mano, una estación que también es sinónimo de realizar experiencias únicas. En este caso nos trasladamos a visitar tres bodegas de Sevilla, a un paso de la capital de Andalucía, para catar vino y mosto. El Aljarafe cuenta con una zona con municipios monumentales y celebraciones dedicadas al cultivo de la vid y el olivo.
Según la Guía Web de Enoturismo de Sevilla, hay un total de cuarenta bodegas distribuidas en la provincia sevillana, siendo tres de ellas muy recomendables para descubrir. En primer lugar nos dirigimos a la más antigua de Andalucía y una de las bodegas más antiguas de España, situada en Villanueva del Ariscal. El origen de Bodegas Góngora se remonta al Siglo de Oro en el que Sevilla era Puerto de Indias.
Con una superficie de 10.000 m2 en pleno centro del municipio mencionado, todas sus botas son de roble americano, la mayoría de ellas con más de 100 años de antigüedad, que se distribuyen en forma de soleras y criaderas por las diferentes bodegas existentes, como 'El 126', 'El Americano', 'Las 70' o 'El Pata de Hierro', alcanzando una capacidad de almacenamiento junto con los depósitos de 1.000.000 de litros de vino. La variedad de sus uvas gira en torno a Garrido fino, Moscatel y Pedro Ximénez y se elaboran vinos blancos, aromatizados y generosos.
La siguiente bodega que merece una visita obligatoria es Bodegas Fragata, la histórica Hacienda de San Antonio. Situada en Espartinas, con el nombre de Bodegas Vinos Blancos de Autor, es una empresa familiar procedente de las antiguas Bodegas Peinado afincadas en Sevilla desde hace más de 100 años y desde donde comercializan la marca Vinos Fragata. Cuentas con vinos blancos y rosados, fruto de una variedad de uvas zalema y garrido. Su sistema de crianza es de vinos jóvenes y vinos del año.
La tercera es Bodegas Salado, habiendo pasado más de 200 años desde que Don Ramón Salado fundara las bodegas en 1810. Años y años cultivando cultivando con mimo la variedad de uva autóctona sevillana y cultivada en los característicos suelos de albariza del Aljarafe: la Garrido Fino. "Una variedad que hemos visto arrancar prácticamente en todas partes, mientras nosotros hemos luchado por preservar".
"Y es que con ella, estamos preservando nuestra identidad", recuerdan desde Bodegas Salado. Los visitantes pueden hacer un recorrido por sus instalaciones que incluyen un lagar del siglo XIX y el Casco de las Mil Botas, el mayor casco de botas de vino de la provincia de Sevilla.