Las playas tienen un visitante inesperado desde los últimos días. Se trata del gusano de fuego (Hermodice carunculata), que en los último días campa a sus anchas en el mar Mediterráneo y ya está cerrando playas. El aumento de la temperatura del agua puede ser la principal causante de la presencia de esta especie invasora y con ella ha aumentado la preocupación de la comunidad científica, junto a la del sector pesquero y principalmente los bañistas.
El gusano de fuego pertenece a la clase de los Poliquetos, el grupo más grande y primitivo de los anélidos. Puede llegar a medir 35 cm de largo y 2 cm de ancho. Su cuerpo es alargado, deprimido por la parte dorsoventral, y su sección transversal es cuadrangular.
Las olas de calor de los últimos veranos han creado la situación ideal para la reproducción masiva de esta especie, que si empezó a tener su presencia en regiones como Sicilia, Apulia y Calabria en Italia, ahora ya lo hace en el Atlántico también, confirmando su presencia en las Islas Canarias, donde la Red de Observación del Medio Marino en Canarias ya ha reportado 219 avistamientos. Y ahora comienza a repartirse también por el mar Mediterráneo.
En España, la 'invasión' del gusano de fuego no se ha expandido tanto como en Italia, pero las autoridades deben estar atentas, pues en breve es posible que llegue a la gran mayoría de las playas españolas.
Una de las mayores preocupaciones en los humanos es saber qué pueden causar estos gusanos de fuego. El veneno que inyecta provoca una sensación de quemazón muy dolorosa. Los síntomas se pueden agravar hasta llegar a producir náuseas, vómitos, mareos e, incluso, pérdida del conocimiento. Este efecto, no obstante, va disminuyendo en cuestión de horas. Las quetas no se pueden sacar con pinzas; para su extracción es necesario aplicar cinta adhesiva sobre la piel y posteriormente desengancharla.
Para aliviar la sensación de dolor se recomienda la aplicación de alcohol o amoníaco. Si alguna vez has sufrido una picadura de una ortiga, te puedes hacer más o menos una idea de como es entrar en contacto con las celdas urticantes del gusano de fuego, solo que esto último provoca además edemas, picazón y fiebre, e incluso puede llegar a entumecer tus extremidades en casos graves. Esto requeriría tratamiento médico con cortisona.
El gusano de fuego no solo es peligroso para los humanos, sino que también amenaza los ecosistemas marinos al devorar corales, anémonas y pequeños crustáceos.