La Unión Europea (UE) ha trazado un ambicioso plan para "reducir sustancialmente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y el consumo de energía en el sector de la construcción de la UE para 2030, y hacerlo climáticamente neutro para 2050". Este proyecto, detallado por 'Libre Mercado', tiene como objetivo principal eliminar el uso de combustibles fósiles en las viviendas.
El camino hacia edificios climáticamente neutros implica la "renovación de los edificios de peor rendimiento y mejorar el intercambio de información sobre el rendimiento energético". Para lograrlo, los estados miembros deberán implementar medidas que garanticen una reducción significativa del consumo de energía en edificios residenciales, con objetivos específicos del 16% para 2030 y del 20 al 22% para 2035.
La UE aspira a que los nuevos edificios sean "de cero emisiones a partir de 2030", aunque se otorga un margen de 20 años para lograr la eliminación total de combustibles fósiles en las viviendas, extendiéndose hasta el año 2040. La transición se enfoca en la sustitución de la energía fósil por fuentes solares, proponiendo que "los estados miembros desplieguen instalaciones solares progresivamente en edificios públicos y no residenciales, así como en todos los edificios residenciales nuevos para 2030".
La UE ha establecido el objetivo de haber completado el 16% del proyecto para 2030, pero la eliminación total de calderas que utilizan combustibles fósiles contará con un plazo más extenso: "Los Estados miembros adoptarán medidas para descarbonizar los sistemas de calefacción y eliminar gradualmente los combustibles fósiles en la calefacción y la refrigeración con el fin de eliminar por completo las calderas de combustibles fósiles para 2040".
En un esfuerzo por acelerar la transición, la UE planea "dejar de subvencionar las calderas de combustibles fósiles independientes a partir de 2025". Sin embargo, se permitirán incentivos financieros para sistemas de calefacción híbridos, como aquellos que combinan una caldera con instalaciones solares térmicas o bombas de calor.
Solo algunos edificios podrán continuar utilizando combustibles fósiles, como los "edificios agrícolas, los edificios patrimoniales y aquellos protegidos por su especial mérito arquitectónico o histórico, así como edificios temporales, iglesias y lugares de culto".
Ciarán Cuffe, Relator de la Directiva de Rendimiento Energético de los Edificios, destaca que este enfoque no solo busca reducir las emisiones, sino también abordar las causas fundamentales de la pobreza energética. "La energía desperdiciada es dinero desperdiciado en facturas. Debemos ayudar a los ciudadanos a ahorrar dinero y protegerlos de los volátiles precios de la energía".
Aunque este acuerdo es provisional, su aprobación formal por parte del Parlamento y el Consejo será crucial para convertirlo en ley. El Comité de Industria, Investigación y Energía está programado para votar sobre el texto el 23 de enero. La UE está dando pasos significativos hacia una transformación energética que contribuirá a la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.