En el año 2008, el corégono picudo (Coregonus oxyrinchus), una especie de pez que habitaba en los estuarios del Mar del Norte, fue oficialmente catalogado como extinto por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN), que previamente lo había incluido en su Lista Roja. La falta de avistamientos de esta especie desde aproximadamente 1940 y la presunción de su extinción se debieron a los impactos de la contaminación y la degradación de su hábitat, que incluye los acuíferos de los estuarios y las aguas salobres de la cuenca sur del Mar del Norte.
Sin embargo, quince años después, un equipo de científicos de la Universidad de Ámsterdam y el Museo de Historia Natural de Londres ha revelado que el corégono picudo no está extinto, sino que sigue existiendo y prosperando.
El giro de esta historia, presentado en un artículo de BMC Ecology and Evolution, se basa en la comparación del material genético de las especies emparentadas con el corégono picudo que todavía existen hoy, y en el análisis de múltiples restos preservados en el museo británico, algunos de los cuales tienen una antigüedad de más de 250 años.
Los científicos lograron aislar el ADN mitocondrial de los peces y, de manera sorprendente, obtuvieron un pequeño fragmento de ADN de un ejemplar seco del Mar del Norte que data de 1754. Utilizando esta información genética, crearon un "árbol filogenético" en el que todas las muestras de Coregonus oxyrinchus se agruparon junto al Coregonus lavaretus, un pez blanco europeo.
Este hallazgo indica que el corégono picudo no constituye una especie separada, sino que pertenece a la misma familia que el Coregonus lavaretus. En consecuencia, se descarta la extinción del corégono picudo.
Rob Kroes, el primer autor del estudio y miembro de la Universidad de Ámsterdam, explica: "El lavareto o farra es ampliamente encontrado en Europa occidental y septentrional, habitando tanto en ríos y lagos de agua dulce como en estuarios y en el mar. Dado que no se observaron diferencias de especies entre el corégono picudo del pasado y el lavareto o farra actual, concluimos que el primero no está extinto".
El error en la identificación de especies, algo común, especialmente en peces, se originó en gran parte debido a variaciones en las características morfológicas dentro de una misma especie. Se consideraba que el corégono picudo y el lavareto eran especies distintas debido a diferencias en la longitud del hocico y el número de branquiespinas.
Este descubrimiento conlleva la necesidad de revisar el nombre científico de la especie para evitar confusiones, aunque los investigadores reconocen que esto requerirá una investigación adicional.
Los científicos también enfatizan la importancia de brindar una mayor protección a esta especie, especialmente en la cuenca del Mar del Norte, donde experimentó una significativa fragmentación y degradación de su hábitat, llevándola al borde de la extinción en la década de 1980. Con respecto a la conservación del corégono, sugieren que las políticas no deben centrarse únicamente en la especie en sí, sino en la restauración y el funcionamiento de los cuerpos de agua, lo que implica una comprensión más profunda de las poblaciones de este tipo de pez para conocer a fondo su papel ecológico.