El brasileño es acusado en España por un supuesto delito de agresión sexual con penetración a una chica de 23 años. Este acontecimiento tuvo lugar en el lavabo de un reservado de la discoteca Sutton de Barcelona la noche del 30 al 31 de diciembre de 2022. La jueza del caso acordó prisión provisional sin fianza para evitar la huida de Alves. La gravedad del delito está castigada con penas de cárcel, por lo que el futbolista permanece en prisión provisional desde el 20 de enero de 2023. Un año después, el tribunal de la Sección 21 de la Audiencia de Barcelona ha rechazado los argumentos de la defensa y la petición del acusado de suspender el juicio.
Dani Alves se enfrenta a una pena de 9 años de cárcel y una década de libertad vigilada, a lo que se suma una indemnización de 150.000 euros. La acusación particular pide 12 años de cárcel, pero su defensa, Ines Guardiola, pide su absolución.
La jueza decretó prisión provisional incondicional para Dani Alves debido a que presenta un elevado riesgo de fuga, posee unas capacidad económicas altas y reside fuera de España. Asimismo, la magistrada razonó que Brasil, el país del futbolista, no tiene convenios de extradición con España, lo que incrementa el riesgo de que Alves intente huir de la justicia española y se refugie en su país.
Además, el futbolista ha ofrecido hasta cinco versiones diferentes de los hechos. Por lo que la jueza considera que su relato posee contradicciones con el resultado de la investigación de los hechos que los Mossos d´Escuadra llevaron a cabo.
Dani Alves está acusado por el artículo 179 de la Ley Orgánica 10/2022 del Código Penal, un delito de agresión sexual que consiste en el "acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal" . De esta manera, el futbolista está condenado a una pena de prisión desde hasta los 12 años.
El caso de Dani Alves está juzgado con la legislación vigente de ese momento, la cual entró en vigor en octubre de 2022. Sin embargo, seis meses después las penas se modificaron y ascendieron a un mínimo de seis años.
Además, la joven declaró que el futbolista la abofeteó, por lo que ya no se trata solo de una agresión sexual, sino también una agresión de violencia.
Tras tres cambios de abogada diferentes, es finalmente Inés Guardiola quien defienda los intereses de Dani Alves y trate de llegar a un acuerdo. La Fiscalía pide nueve años de cárcel para el jugador, mientras que la acusación particular pide 12 años, la pena máxima. La abogada del futbolista continúa defendiendo la presunción de inocencia de Alves y solicita la absolución argumentando la exculpación.
La estrategia del futbolista consiste en usar el factor de la embriaguez cuando sucedieron los hechos. Pues según el artículo 20 del Código Penal, el "estado de intoxicación plena por el consumo de bebidas alcohólicas" se considera un atenuante. De esta manera, la pena se reduciría considerablemente desde los cuatro a los ocho años. La defensa presentará así los tickets de la discoteca para demostrarlo y así dejar la puerta abierta a la posible pena mínima de prisión.
No obstante, la abogada del futbolista insiste en su absolución, al asegurar que la relación sexual entre ambos, en el baño del reservado de la discoteca, fue consentida.
El acusado Dani Alves, más de un año después de los hechos, conocerá su sentencia ante la Audiencia de Barcelona, en un juicio dividido en tres sesiones, desde el lunes 5 de febrero hasta el miércoles 7 de febrero.
A pesar de todas las versiones ofrecidas por el futbolista, Alves tuvo que reconocer que practicaron sexo cuando las pruebas del ADN hallado en la vagina de la joven fueron concluyentes contra él. Sin embargo, el futbolista mantiene que la relación sexual fue consentida, por lo que no asume el cargo de violación tipificado como agresión sexual.
Durante el juicio, la víctima ha sido protegida declarando a puerta cerrada, para evitar un encuentro visual con Dani Alves. Además, su voz ha sido distorsionada para evitar que pueda ser reconocida en posibles filtraciones posteriores.