En pleno otoño, con lluvias abundantes y menos horas de luz al día, se presentan planes caseros como el de preparar una sencilla receta para degustar en familia con un buen té o un café con leche. En este caso le mostramos como lograr el bizcocho perfecto de limón que se caracteriza por ser sencillo, refrescante y realmente delicioso.
Lo primero que se debe tener en cuenta es que hay que tener a mano todos los ingredientes para no hacer esperar a la masa e integrarlos en su momento. Los huevos, la mantequilla a emplear deben estar en temperatura ambiente. Cuanto más bates los huevos (hay que añadir el azúcar), más esponjoso vas a conseguir que sea el bizcocho. Después agregamos, el zumo, la ralladura, el yogur y el aceite y seguimos mezclando.
(usando como medida el recipiente del yogur)
Una vez batidos los huevos, es momento de agregar la pizca de sal, la harina y la levadura, y todavía más importante es tamizar la harina para evitar que aparezcan grumos. Una vez mezclado de manera homogénea, hay que dejar reposar unos 10 minutos para que se asiente la masa mientras precalentamos el horno y preparamos el molde. Hay que recordar que sin la levadura no sube el bizcocho.
Otro de los pasos a seguir es untar un molde con mantequilla y un poco de harina para que no se pegue después el bizcocho una vez calentado en el horno. Se vierte la masa (la mezcla debe tener una consistencia intermedia, ni muy espesa ni muy líquida) en el molde y, precalentado el horno, horneamos a 180º durante unos 45 minutos con calor arriba y abajo, aunque todo depende de lo que caliente el horno.
Para comprobar que el bizcocho está terminado, hay que meter un palillo y que salga seco. Si vemos que se está dorando mucho por encima ponemos papel de aluminio. El bizcocho de yogur es un postre muy popular en todo el mundo, aunque en cada zona recibe un nombre diferente. Por ejemplo, en Argentina, Uruguay, Ecuador, Bolivia y Perú también se le llama bizcochuelo.