La noche del jueves al viernes, en un espectacular ejercicio de simulación, la estación de Sants en Barcelona se convirtió en el escenario de un aterrador ataque terrorista. Este simulacro, catalogado como el más grande jamás realizado, involucró a 500 personas, incluyendo personal de seguridad, servicios de emergencia y actores de apoyo. El propósito de este ejercicio era evaluar y perfeccionar la capacidad de respuesta de las fuerzas de seguridad y los equipos de emergencia en situaciones de crisis.
"Tenemos unos servicios de seguridad y de emergencias extraordinarios que están a la altura de las mejores policías europeas. Precisamente este tipo de actuaciones son la garantía de que las cosas se hacen bien", afirmó el conseller de Interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena. Sin embargo, el conseller señaló que este simulacro estaba programado con anterioridad y no se relacionaba con la actual situación de alerta antiterrorista en España debido a los eventos en Israel y Gaza.
El simulacro se desarrolló en tres escenarios diferentes dentro de la estación de Sants. En el primero, dos terroristas ficticios ingresaron al vestíbulo y abrieron fuego indiscriminadamente contra las personas presentes en la estación, causando muertes y heridas graves. En el segundo escenario, otro ataque llevó a que los actores se refugiaran en los comercios de la estación. Agentes de las unidades Arro y Brimo de los Mossos abatieron a dos terroristas ficticios en esta escena, y se descubrió un chaleco explosivo en uno de ellos, lo que requirió la intervención de la Unidad de Explosivos (Tedax) y de la Unidad Canina de la policía catalana para asegurar la zona. En el tercer escenario, un vagón de tren se convirtió en el foco de un secuestro por parte de dos terroristas ficticios, que retuvieron a varios usuarios hasta la intervención de los Grupos Especiales de los Mossos para liberar a los rehenes.
Mientras los servicios de emergencia atendían a los aproximadamente 72 heridos y evacuaban la estación, que se llenó de personas refugiadas en los comercios, se estableció un área de atención sanitaria fuera de la estación para brindar apoyo a los afectados y a sus familiares. Para hacer que el simulacro fuera lo más realista posible, participaron unos 250 figurantes, incluyendo estudiantes de grados relacionados con emergencias sanitarias, seguridad y caracterización y maquillaje. Además, se contó con la colaboración de aproximadamente 250 efectivos de Mossos pertenecientes a diversas unidades, junto con agentes de la Guardia Urbana de Barcelona, Protecció Civil, el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM), Cruz Roja, el CAT112, Bombers de Barcelona, Transports Metropolitans de Barcelona (TMB), Adif y Renfe, entre otros.
Una novedad importante en este simulacro fue la transmisión en directo de imágenes para su supervisión desde el Centro de Mando Operativo, con cámaras llevadas por algunos agentes. Sergio Delgado, subdirector de programas de Protecció Civil de la Generalitat, destacó la "alta complejidad" del ejercicio y subrayó que se estaban evaluando protocolos desarrollados a raíz de lecciones aprendidas en el atentado del 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. El intendente Josep Saumell, subjefe de la Comisaría Superior Técnica de Mossos, destacó que poner a prueba la capacidad de respuesta permitía identificar posibles debilidades y mejorarlas en preparación para posibles ataques terroristas.
En los próximos días, se analizarán todos los datos recopilados durante este simulacro. El objetivo final es estar completamente preparados para ofrecer una respuesta efectiva en situaciones de crisis, al mismo tiempo que se continúa trabajando en la prevención para evitar posibles ataques. Este ejercicio subraya el compromiso de los servicios de seguridad y emergencia con la seguridad de la población y su constante búsqueda de la excelencia en tiempos de crisis.