En las vastas tierras de España, donde la historia y la arquitectura se entrelazan con majestuosidad, destacan numerosos castillos. Con más de 20.000 fortificaciones en diversas condiciones de conservación en todo el país, España se enorgullece de su rica herencia medieval. Sin embargo, en medio de esta abundancia de castillos, uno de ellos se erige como un verdadero tesoro histórico y arquitectónico: el Castillo de Burgalimar en Baños de la Encina, Jaén. Lo que lo hace aún más excepcional es su título como "el castillo más antiguo de España".
Con el nombre árabe de Bury al-Hamma, que se traduce como "el castillo de Baños", este castillo se erigió en el año 968 por orden del califa de Córdoba, Alhakén II. Su propósito inicial era servir como defensa en la frontera del Al-Ándalus, un período en el que la región disfrutaba de una relativa paz. Este dato se respalda con una inscripción en la puerta del castillo, cuya versión original se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid.
Inicialmente, estas fortificaciones no se construyeron con fines defensivos, ya que en ese momento, la región gozaba de un largo período de paz. En su lugar, fueron diseñadas para albergar a las tropas del califa omeya, compuestas principalmente por mercenarios magrebíes, que se dirigían al Castillo de Gormaz, al norte de Al-Ándalus, para llevar a cabo incursiones contra los reinos cristianos. El Castillo de Burgalimar se diseñó con murallas, torres y robustas almenas, pero lo más impresionante fue su adaptación magistral a la topografía del terreno, lo que le permitió conservar su utilidad durante siglos. Su silueta sigue dominando el cerro que alberga Baños de la Encina y sus alrededores, un recordatorio perdurable de su grandeza.
A medida que el tiempo avanzaba, el siglo XI vio al Castillo de Burgalimar envuelto en intensos conflictos entre musulmanes y cristianos, tras la fragmentación del Califato de Córdoba en reinos de taifas. Diversos gobernantes cristianos, incluidos Alfonso VII de León y Alfonso VIII de Castilla, lo conquistaron en diferentes momentos, aunque su control variaba con el tiempo. No fue hasta 1225, con el impulso decisivo de Fernando III de Castilla, que el castillo pasó definitivamente al dominio cristiano.
Fernando III entregó el castillo al arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada, y su defensa se encomendó a la Orden de Santiago, que desempeñó un papel activo en las operaciones militares en el sur de la península ibérica. Este cambio marcó un nuevo propósito para el castillo, convirtiéndolo en una pieza estratégica para el acceso a Andalucía. Desde entonces, el Castillo de Burgalimar ha sido conocido como "la fortaleza de los siete reyes", en referencia a los siete monarcas cristianos que lo ocuparon durante su historia: Alfonso VII, Alfonso VIII, Alfonso IX, Pedro II, Sancho VII, Fernando III y Fernando el Católico. Es curioso notar que 14 torres sobreviven en el castillo, como si cada par rindiera homenaje a estos monarcas.
En el siglo XV, se llevaron a cabo modificaciones en el castillo, incluida la construcción de la imponente Torre del Homenaje, que marcó una adaptación a los estándares arquitectónicos cristianos de la época. Esta torre tenía un propósito simbólico y apuntaba hacia el pueblo, reflejando la estructura feudal de la época.
Para quienes deseen explorar esta joya histórica, la oficina de turismo de Baños de la Encina organiza visitas guiadas al Castillo de Burgalimar. Estas visitas permiten a los visitantes adentrarse en la riqueza medieval del monumento, mientras exploran también los hallazgos arqueológicos que datan desde la Prehistoria. El costo de la visita es de 4,50€ para adultos y 2€ para niños. Durante el recorrido, se explora no solo el aspecto medieval del castillo, sino también los vestigios que conectan con un pasado ancestral.