Alberto Gálvez3 min lecturaHa tardado dos semanas, pero lo ha hecho. Gerard Piqué ha dado un paso al frente de la forma más elegante posible en todo el revuelo formado con su exmujer Shakira y la canción que le ha dedicado ésta junto a Bizarrap.
El catalán ha dejado ya la ironía al margen y ha publicado en sus redes sociales la foto más esperada por todos sus seguidores. Ha sido concretamente en su cuenta de Instagram, donde ha publicado una instantánea muy cariñosa junto a su actual pareja, Clara Chía.
Y es que a pesar de que es una relación que todo el mundo daba ya por consolidada -hasta la propia artista colombiana- no ha sido hasta ahora cuando lo han confirmado de manera oficial. Hasta entonces, ambos se habían dedicado a evitar el tema, sin desmentir pero tampoco afirmando nada.
Quizás para darle normalidad al asunto y restarle presión mediática o como un nuevo revés para Shakira, pero lo cierto es que la pareja ha decidido no esconderse más y hacer público su amor y el momento de felicidad por el que atraviesan en estos momentos. Asimismo, con este 'selfie' se apagan ya las voces que se habían pronunciado en los últimos días sobre una posible crisis en la pareja suscitada con el escándalo de la canción.
Clara Chía, por su parte, continúa sin tener redes sociales públicas, si bien todo apunta a que en breve podría abrirse de nuevo sus perfiles, al menos, en Instagram.
Pero a pesar de esta foto, la guerra entre Shakira y Gerard Piqué está más abierta que nunca. Los últimos en salir al frente han sido los padres del jugador y, en especial, su madre, quien también aparece en la canción y ha estado en el punto de mira de la artista estos últimos días.
Montserrat Bernabéu, madre del exfutbolista, ha manifestado que habría deseado que la ruptura no ocurriese y ha asegurado en Lecturas que "luchó hasta el final para que su hijo y Shakira se reconciliasen". Sin embargo, la doctora por lo que más está sufriendo es por el estado de sus nietos: "Cuando Gerard viajaba por el fútbol y Shakira con sus giras, los niños, a pesar de tener nanis, acababan siempre cenando y haciendo los deberes en casa de los abuelos".
Unas cenas que ya no se producirán tan a menudo para añoranza de los abuelos y unas víctimas -los hijos- que cuando crezcan tendrán que convivir con la mala ruptura que tuvieron sus padres gracias a sus publicaciones en redes sociales.