Alberto Gálvez4 min lecturaLos días van pasando y Dani Alves continúa entre rejas esperando el juicio por la presunta violación que cometió contra una mujer de 23 años en la discoteca Sutton de Barcelona el pasado mes de diciembre. Y mientras su abogado Cristobal Martell sigue diseñando una nueva estrategia con la que conseguir, al menos, la libertad condicional a la espera del mismo, el brasileño ha recibido en las últimas horas un fuerte subidón de energía.
Y es que la que todavía es su mujer, Joana Sanz, ha vuelto a visitarle en Brians 2. La modelo, que ha estado acompañada de Bruno, gran amigo del futbolista, y de dos escoltas, ha acudido a este centro penitenciario para reencontrarse con su marido, si bien y según ha explicado el programa Fiesta, solo han tenido un contacto visual a través de un cristal y no un ‘vis a vis’. Con este movimiento, Joana pone fin a los rumores de que ya ha pasado página y que ya ha dado por concluida su relación con Alves.
A la salida de la prisión, los medios de comunicación presentes han recogido el momento, al tiempo que la influencer canaria ha optado por guardar silencio, ya que no ha ofrecido ningún tipo de detalle acerca de cómo ha sido este reencuentro.
Conviene recordar que los magistrados de la sección tercera de la Audiencia Provincial desestimaron en su día el recurso de apelación del jugador brasileño contra el auto de prisión de la jueza instructora que lo envió a la cárcel el pasado 20 de enero. Tras ello, el futbolista se enfrenta a "un delito de agresión sexual con penetración del artículo 179 del Código Penal" y este delito en España tiene una pena entre 4 y 12 años de prisión.
Por otro lado, Lucía Alves, madre del futbolista, ha hecho uso de las redes sociales de su hijo para expresar cómo se encuentra tras este golpe familiar. La brasileña, que es muy asidua en recurrir a versos de la Biblia, ha cargado contra aquellos que traicionaron a su hijo con una comparación muy contundente: “Mi familia, mi vida, los amo hasta el infinito. Es más allá de lo que Dios ha unido, nadie puede separar”.
Su publicación, que le ha acompañado de una imagen del propio Alves rodeado de varios perros, continuaba rezando así: “Sé que mi sonrisa me molestó tanto que los traidores de Judas me lo quitaron en esos cuarenta días, pero mi fe en Dios no me la podrán quitar. Sigo firme y fuerte hacia la victoria. Amigos que nunca los traicionarán si alimentan a un perro durante tres días, él se acordará de ustedes durante treinta años. Si alimentan a una persona durante treinta años, se olvidarán de ustedes en tres días”.