Como viene siendo habitual, España modificará su reloj este mes de marzo para adaptarse al horario de verano y así aprovechar más las horas de luz y ahorrar energía. En concreto, en este 2023 se llevará a cabo el domingo 26 de marzo.
Este cambio se lleva adoptando desde hace varios años en todos los países de la Unión Europea, que regulan su horario para contribuir con el ahorro energético. Sin embargo, no todos los expertos están de acuerdo con esta medida y creen que el ahorro energético que genera es mínimo y que puede tener efectos negativos en la salud de los ciudadanos.
Aunque en 2018 el expresidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, optó por acabar con esta práctica, la pandemia y otros problemas han obligado a retrasar la eliminación de esta medida. Según el Boletín Oficial del Estado (BOE), el último cambio de hora en España aún no tiene fecha final y se prolongará al menos hasta 2026. El Gobierno creó una comisión de expertos en 2019 para decidir sobre el cambio de hora, pero no hubo consenso compartido y se decidió prolongar la medida.
El próximo cambio de hora será este domingo 26 de marzo de 2023, cuando se adelantará el reloj una hora a las 02.00 horas, convirtiéndose en las 03.00 horas. El último cambio de hora en España tendría lugar el 25 de octubre de 2026 con la llegada del horario de invierno, pero estas fechas estarán supeditadas a la propuesta de la Comisión Europea que, de ser aprobada, podría eliminar este calendario.
La entrada del horario de verano trae consigo tanto efectos positivos como negativos. Para muchas personas, marca el inicio de la temporada más cálida del año, lo que les permite disfrutar de actividades al aire libre gracias al clima más cálido y agradable, así como también aprovechar más horas de luz para realizar actividades después del trabajo.Sin embargo, algunos estudios alertan sobre los posibles efectos negativos que puede tener el cambio de hora. Por ejemplo, puede provocar fatiga, cansancio, somnolencia diurna, dificultad para conciliar el sueño por la noche, irritabilidad, falta de concentración y disminución del rendimiento tanto físico como intelectual. Además, es posible que se experimenten cambios en los patrones alimenticios, como sentir hambre a horas inusuales o falta de apetito y sensación de plenitud después de comer. Por lo tanto, es importante tener en cuenta estos efectos y tomar medidas para minimizarlos durante el periodo de adaptación al nuevo horario.