Zinedine Zidane fue uno de los futbolistas más grandes de la historia del fútbol. El francés marcó una época en la Juventus de Turín, el Real Madrid y la selección francesa. Como entrenador también es uno de los técnicos más ganadores, habiendo triunfado en el banquillo del Real Madrid, donde consiguió tres Champions League. Varios de sus hijos se han dedicado también al fútbol, pero han estado muy lejos de la figura que fue su padre sobre el césped.
El mayor de los hijos, Enzo Zidane, fue el primer en seguir los pasos de su padre, aunque la carrera de 'Zizou' era una losa difícil de llevar. Comparado a su padre desde que dio las primeras patadas a un balón, Enzo estuvo en la cantera del Real Madrid, debutando con el primer equipo el 30 de noviembre de 2016, en un partido de Copa del Rey ante la Cultural Leonesa. Al verano siguiente, el Alavés apostó por Enzo y, después de 13 años en la cantera blanca, se lo llevó a Vitoria, aunque su temporada se vino abajo cual gaseosa, disputando sólo cuatro partidos con el conjunto vitoriano.
Desde su frustrada etapa en el Alavés, la carrera de Enzo Zidane fue a menos, marchándose al Lausana suizo, Rayo Majadahonda, CD Aves portugués, Almería, Rodez Aveyron, de la Ligue 2 francesa, y Fuenlabrada. El mayor de los hijos de Zidane no triunfó en ninguno de esos equipos, quedando libre este verano.
Cansado ya de dar vueltas por ligas y equipos menores, casi sin disfrutar del fútbol, y gracias a la suerte de ser hijo de quien es, Enzo Zidane ha decidido colgar las botas días antes de cumplir los 30 años de edad.
Enzo quiere dedicarse ahora a su familia. Casado con Karen Gonçalves, es ya padre de tres hijas, y quiere centrarse en ellas. Además, ahora podrá seguir ligado al fútbol como lo está en estos momentos su padre, como seguidor de sus hermanos. Luca, Theo y Elyaz también han decidido seguir los pasos de su padre y su hermano mayor, jugando en el Granada, Córdoba y Betis, respectivamente.
A Enzo le habría encantando estar a las órdenes de su padre en el Real Madrid y haber triunfado allí, pero la vida no le tenía eso preparado. Sólo le queda disfrutar, él que puede, y ver cómo sus hermanos lo intentan, esperando que tengan más suerte que la que tuvo él.