Cada vez que se conocen más detalles acerca del beso en la boca que Luis Rubiales le plantó a Jenni Hermoso sin su consentomiento en la celebración de la consecución del Mundial por la parte de la Selección Española, especialmente en lo relacionado a todo lo acontecido después del momento más comentado desde que España se coronó en la cita oceánica.En este sentido, el comienzo de las declaraciones ante la Audiencia Nacional por el frente judicial abierto contra el expresidente de la Federación está aportando nuevas informaciones sobre lo ocurrido y la postura que habría adoptado el motrileño para revertir de inmediato la tremenda polémica que había suscitado su beso a Hermoso.
De ese modo, se ha conocido más en profundidad como fue el último intento desesperado de Rubiales para convencer a la futbolista de que diera la cara por él y saliera en un vídeo público explicando que el beso fue consentido para así frenar una ola que ha terminado por arrastrarle por completo. Hermoso se mostró reacia desde el primer momento a colaborar y Rubiales, según han filtrado fuentes judiciales, le suplicó "llorando" que le ayudara, que lo hiciera "por sus hijas".
Un extremo confirmado por las tres futbolistas que ya han declarado en la Audiencia Nacional, casos de Alexia Putellas, Misa Rodríguez e Irene Paredes, que confirmaron que Jenni Hermoso había sufrido muchas presiones por parte de la Federación y de Luis Rubiales para que dijera que había sido un acto de complicidad entre ambos y no una acción unilateral por parte del granadino.
Cabe recordar que el mismo día de la coronación española tras ganar a Inglaterra salió a la luz un comunicado supuestamente suscrito por la delantera en el que restaba importancia a la cuestión, si bien después se aclaró que en ningún momento había participado en dicha declaración, lo que precipitó aun más todos los acontecimientos.
Más allá de las bromas que se gastaron al respecto en el vestuario y en el autobús, Hermoso ha sido tajante en cada uno de sus comunicados y ha atacado frontalmente a Rubiales, ratificando que no fue consentido, razón por la que se sumó a la causa abierta por coacciones y agresión sexual.
Rubiales, según los testimonios judiciales, lo intentó todo para poner de su parte a Hermoso, hasta el punto de suplicarle al darse cuenta de la marea imparable que había provocado el beso. Recurrió a sus hijas, pero su intento a la desesperada fue en vano.