Sara Sálamo atraviesa un momento de felicidad y, de manera sorprendente, de serenidad. Optó por disminuir su presencia en las redes sociales, donde su postura en asuntos políticos y sociales la expuso repetidamente a la tormenta de críticas (y de insultos). Mientras tanto, su futuro esposo, Isco Alarcón, está destacando en el Betis después de algunos años en la sombra en el Real Madrid y en el Sevilla.
La actriz está en plena promoción de 'El favor', una comedia en la que interpreta a una mujer 'pija' que es y cree en todo lo que en la vida real ella no. Además, en el plano personal, la canaria anunció hace unos días en redes sociales que Isco le había propuesto matrimonio y que ambos se comprometerían.
En una de sus últimas entrevistas, más frecuentes ahora por el tema de su nueva película, Sara confiesa que "estoy encantada con cómo va todo, pero voy a las entrevistas por esta peli y acaban preguntándome por él (Isco) todo el rato".
A Sara no sólo le va bien en lo profesional por 'El Favor', también ha dirigido su primer corto, el cual verá la luz en distintos festivales en 2024, dentro de poco comenzará la grabación del segundo y está preparando su primer largometraje.
Pese a lo bien que le va actualmente la vida, Sara Sálamo siempre ha dado muestras de ser una persona altamente sensible, tal y como confirmó recientemente en una entrevista con El Mundo. "Sí. Soy una persona altamente sensible, que ya se diagnostica. Para que te hagas una idea del nivel, soy una persona que ha llegado a llorar viendo 'Deportes Cuatro'", afirmó, declaraciones que dejaron atónito al periodista. "Te lo prometo. Mira, no lo sé, no tiene sentido, pero es que el montaje lo hacen muy bien, con su musiquita como de peli y su emoción. Recuerdo un gol olímpico que marcó Toni Kroos y, entre la música, la reacción de la gente y el tempo que le dieron a las imágenes, se me puso la piel de gallina y empecé a llorar. No puedo justificarlo, pero así fue", siguió diciendo la actriz.
También tuvo tiempo de hablar de Isco. "La salida del Sevilla fue muy abrupta y se generó una situación muy dura para nosotros. Él tomó la decisión de no hablar, porque ni se sentía preparado en ese momento ni quería perjudicar al equipo, y no lo hizo hasta que se fue la persona con la que tuvo un conflicto (Isco contó que Monchi, entonces director deportivo sevillista, le agredió). Como en esta sociedad siempre se pone el foco sobre la víctima, por no hablar, en lugar de sobre el agresor, por agredir, se nos señaló y la consecuencia fueron amenazas muy graves hacia mis hijos y hacia mí, hasta el punto de tener que contratar seguridad privada", indicó.