El ex futbolista brasileño Dani Alves está siendo juzgado durante esta semana en la sección 21ª de la Audiencia de Barcelona de un presunto caso de agresión sexual cometido en la noche del 30 de diciembre de 2022 en los baños del reservado de la discoteca Sutton de la ciudad condal.
Por si Dani Alves no tuviese suficientes quebraderos de cabeza en preparar una defensa que ha consistido en un cambio de abogado (de Cristóbal Martell a Inés Guardiola), así como en la modificación hasta en cinco ocasiones del relato de su versión de los hechos, el mes pasado su madre cometió una terrible equivocación.
Lucía Alves, también conocida como ’Dona Lucía’, compartió en enero un vídeo consistente en recopilar distintas imágenes de la víctima de su hijo, quien había pedido expresamente permanecer en el anonimato y no saltar a la esfera pública como sí está apareciendo Dani Alves en condición de ex futbolista profesional. Lucía también escribió el siguiente comentario: “Yo creo en la inocencia de mi hijo. Tengo fe y es buena persona. Estoy fuerte y esperando a que la inocencia de él sea probada”.
El juicio arrancó ayer lunes y se alargará hasta mañana miércoles, antes de que Dani Alves con su declaración lo clausure y quede visto para sentencia. La primera jornada estuvo marcada por las lágrimas y los impactantes testimonios de las amigas de la víctima, quienes declararon que el ex futbolista le había causado “mucho daño” en los baños del reservado de la discoteca Sutton. En la segunda jornada están declarando, entre otras personas, la propia víctima y su madre, Joana Sanz (mujer de Dani Alves), Bruno Brasil (amigo del ex futbolista y quien le acompañaba aquella noche) y trabajadores de Sutton. Precisamente uno de los empleados de la discoteca, en concreto el responsable de sala, ha asegurado que Alves era un cliente habitual de dicho local de fiesta y que aquella noche de 2022 “notaba que había bebido o se había fumado algo, así que no actuaba como siempre”.
Precisamente el estado de embriaguez es el atenuante que alega la abogada de Dani Alves, Inés Guardiola, para buscar evitar la pena máxima de doce años de prisión que pide la acusación particular, es decir, la propia víctima. En caso de acertar con esta estrategia, el periodo a pasar en prisión podría reducirse hasta de doce a cuatro años.