Luisma Sánchez3 min lecturaRafael Louzán fue elegido nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol por mayoría absoluta tras alcanzar el número de avales pertinentes para optar a la presidencia. La carrera finalmente se estrechó y solo podía pugnar contra Salvador Gomar. Aunque su elección fue clara, desde el Gobierno no son partidarios con que Louzán coja las riendas de la RFEF. Y ahora el CSD pasa a la acción para evitarlo.
Según informan los compañeros de Relevo, el Gobierno no quiere que Louzán asuma el mando. El nuevo presidente de la Federación se encuentra actualmente en un proceso judicial en el que está acusado de prevaricación cuando ocupaba su puesto de presidente de la Diputación de Pontevedra con el Partido Popular. Esto podría dejarle hasta siete años inhabilitado para ejercer cualquier cargo público, algo que por lo tanto se aferran desde el CSD para que no asuma la presidencia de la RFEF.
El Tribunal Supremo podría resolver el cargo al que se enfrenta Louzán el próximo mes de marzo. Mientras tanto, desde el CSD quieren que se mantengan las leyes actuales en la Federación y así evitar que el propio presidente gallego modifique algunos estamentos que le permitan estar al frente de la Federación independientemente de los problemas con la justicia que tenga de puertas para fuera.
La primera acción que pretende el CSD es denunciar al TAD la situación en la que se encuentra actualmente Louzán. "En la misma situación procesal del señor Louzán, yo por ejemplo, no podría estar sentada en esta mesa. Ni yo ni ninguno de los compañeros que están a mi lado. Ni podría estar aquí sentada ni ser concejal de mi pueblo. A partir de ahí, lo que sí les puedo decir, que el Consejo Superior de Deportes (CSD) va a estudiar todos los pasos que podemos dar", explicaba la exministra Pilar Alegría.
Desde el Gobierno piensan que el candidato ideal para asumir el mano de la Federación podrían encontrarlo incluso fuera de los barones que componen las territoriales y que en el fondo reflejan en cierta medida la sombra de Pedro Rocha y Luis Rubiales. Está claro que la RFEF necesita un cambio de aires y ese aire debe ser limpio y sin impurezas de ningún tipo.
Rafael Louzán mientras tanto está dispuesto a tenderle la mano al CSD para acercar posturas, aunque lo cierto es que ambas partes parecen estar en las antípodas ahora mismo. Veremos cómo acaba todo este asunto, porque esto no ha terminado, está claro.