En la segunda sesión del juicio contra Dani Alves por presunta agresión sexual, se han escuchado testimonios que aportan diferentes versiones sobre lo sucedido aquella noche en la discoteca Sutton de Barcelona.
El director de la discoteca Sutton fue el primer testigo en declarar en esta sesión. Relató cómo se enteró del incidente: "Estaba en la puerta, me giré porque el de seguridad estaba hablando con unas chicas. Una estaba llorando y me dijeron que había sido presuntamente víctima de una agresión sexual". Añadió que costó convencerla para que explicara lo ocurrido y que, finalmente, acusó a Dani Alves.
Según el director de seguridad, la joven estaba "bastante alterada" y afirmó que entró voluntariamente pero luego quiso salir. También indicó que se encontraba muy alterada y preocupada por si la creerían.
La esposa de Dani Alves, Joana Sanz, la última persona en testificar en la segunda sesión del juicio, siguió la estrategia de la defensa al declarar que Alves llegó "muy borracho" a casa aquella noche. Dijo que al llegar se desplomó en la cama, por lo que decidieron dejar para el día siguiente cualquier conversación.
"Vuelve a casa muy borracho, oliendo a alcohol. Se chocó contra el armario y se desplomó en la cama... No valía la pena hablar con él tal y como venía, mejor dejarlo para el día siguiente", afirmó exactamente Joana Sanz.
También indicó que el último contacto que tuvo con Alves aquella noche fue a través de mensajes de WhatsApp. "En los WhatsApp le pregunté si iba a venir a cenar y me dijo que no. Más tarde, no lo recuerdo. El último WhatsApp fue como a las once de la noche", dijo la modelo.
Por último, la todavía esposa de Dani Alves aseguró que "no he pedido legalmente el divorcio" y desmintió haberse enfadado aquel día con el brasileño porque querer salir de fiesta con él.
Por otro lado, Bruno, amigo de Alves, cambió su declaración respecto a la visita de Alves al baño del reservado. Anteriormente había indicado que fue por malestar estomacal, pero en esta sesión aseguró que desconoce el motivo. También señaló que, al salir del baño, Dani Alves siguió bailando con él en el reservado.
Un auxiliar de la discoteca declaró haber curado una herida en la rodilla de la denunciante. Explicó que ella estaba muy nerviosa, llorando y se arrepintió de estar allí. Según el auxiliar, la joven sabía a dónde iba y qué iba a hacer, pero luego se arrepintió.
Estos testimonios muestran la complejidad del caso y las diferentes versiones sobre lo ocurrido aquella noche en la discoteca Sutton. El juicio continúa en búsqueda de la verdad y la justicia, siendo este miércoles cuando declarará Dani Alves.