El que fuera futbolista de la Real Sociedad, Javier de Pedro, ha ingresado en la cárcel de Martutene, en la provincia de Guipúzcoa. El antiguo jugador ha sido condenado a nueve meses de prisión por un delito de violencia de género tras ser detenido este lunes en su trabajo, situado en una sidrería de Astigarraga, en el que desarrollaba funciones de parrillero.
Tal y como señala El Diario Vasco, De Pedro, que fue arrestado a las 16.40 de la tarde de ayer, ya ha pasado su primera noche en Martutene. Después de que se emitiera una orden de busca y captura contra él por parte de un juzgado de San Sebastián, los agentes de la Ertzaintza le trasladaron a esta ubicación para que cumpla su pena. El ex de la Real Sociedad había recibido una sentencia firme por maltratar a una mujer que reside en Trintxerpe. Esto se produce después de que no se le pudiera localizar, dado que, en las últimas semanas, venía realizando constantes cambios de vivienda.
En el momento de su detención, había recibido, en las últimas fechas, una denuncia por parte de una mujer que vive en Amara. En su caso, llegó incluso a tener que pasar por quirófano para ser intervenida de una rotura de cúbito y radio de un brazo, ambas lesiones producidas por la supuesta agresión de Javier de Pedro, quien ya contaba con antecedentes por violencia de género en el pasado.
En el 2018, fue arrestado por la Ertzaintza, ya que fue acusado de agredir a la que, en ese momento, era su pareja. Tras pasar a disposición judicial, fue liberado con cargos. Anteriormente, en el 2010, fue condenado a una serie de penas que, en total, acumulaban 51 días de trabajos en beneficio de la comunidad, debido a que fue condenado por un delito prolongado de amenazas hacia la que fue su compañera sentimental. Por ello, se le impuso una orden de alejamiento, que indicó que, durante un año y cuatro meses, no podría acercarse a menos de 300 metros de la víctima ni de los lugares, ya fueran su trabajo o vivienda, en los que ella se encontrara.
Si esto fuera suficiente, en el año 2009 se enfrentó a una condena de un año de cárcel, debido a que conducía presuntamente en estado de ebriedad y con el carnet de conducir retirado. Todo ello se produjo en la localidad de Irún, donde fue parado por agentes de la autoridad. En el documento presentado por la Fiscalía, se analizó que el exfutbolista del cuadro donostiarra presentaba “manifiestos síntomas de hallarse bajo la influencia de la ingesta de alcohol, con ojos enrojecidos y brillantes”, además de encontrarse en un “estado eufórico y agresivo��.
Las pruebas realizadas lo dejaron bien claro. El resultado detectó que poseía 0,74 miligramos de alcohol por litro de aire espirado y 0,76 unos minutos más tarde, prácticamente triplicando el límite permitido, que es de 0,25.