Varapalo para el excolegiado de Primera división y ahora comentarista deportivo Eduardo Iturralde González, a quien la Agencia Tributaria ha embargado la única propiedad que el vasco tenía a día de hoy a su nombre. Así lo ha desvelado esta mañana el medio OK Diario, quien ha tenido acceso al registro de la propiedad donde consta una finca de 2.000 metros cuadrados con hasta cuatro anotaciones de embargo girados desde Hacienda por valor de 20.484 euros, siendo las últimas reclamaciones del año 2021.
Según detalla este mismo medio, el exárbitro del País Vasco compro dicha finca en octubre de 2002 por un valor de 480.800 euros con una hipoteca. Ésta está ubicada en el País Vasco y consta de una vivienda de varias plantas: semisótano, planta baja y planta entrecubiertas que ocupan un total de 386 metros cuadrados. Se da la casualidad que el ahora colaborador radiofónico tan sólo tiene una propiedad a su nombre, como el exjefe de los árbitros José María Enríquez Negreira que, tal y como recuerda OK Diario, era uno de los favoritos del ahora investigado por los supuestos pagos que el FC Barcelona le habría hecho de forma sistemática durante años.
Enríquez Negreira habría recibido un total de 7,6 millones de euros cuando ejercía como número dos del Comité Técnico de Árbitros y tan sólo posee a su nombre un coche, concretamente un Peugeot 208 que se encuentra embargado. El que fuera colegiado de Primera División desde 1995 hasta 2012 tiene cuatro embargos de Hacienda sobre su única propiedad por valor de 2.295,55 euros, 8.545,35 euros, 5.000,72 euros y 4.653,10 euros.
Cabe recordar que el nombre de Eduardo Iturralde González ha salido dentro de la investigación del 'caso Negreira' pues un testigo, el árbitro Jon Núñez Fernández, señaló ante la Guardia Civil al excolegiado vasco relatando que Enríquez Negreira, que en ese momento todavía ejercía como número dos del CTA, invitó a comer y a cenar a Iturralde González y a su equipo arbitral el día antes de un Clásico que el Barcelona acabaría ganando por 5-0 al Real Madrid, donde precisamente Núñez Fernández era uno de sus asistentes.
Iturralde, por su parte, testificó en su momento que no recordaba dichos hechos pero sí que los entonces jefes de los árbitros tenían en cuenta las preferencias de los equipos para las designaciones en partidos importantes así como para las finales de la Copa del Rey, desmontando la versión del propio CTA que siempre defendió que la final de la Copa se reservaba para los árbitros que se retiraban esa temporada.