Comenzó de la peor forma la pretemporada, con una microrrotura en el recto anterior del cuádriceps de su pierna izquierda, aunque, en principio, nada preocupante, pues la lesión que le fastidió el curso pasado y le obligó a pasar por el quirófano era en el bíceps femoral derecho. Sin embargo, las previsiones de que volvería en la segunda quincena de julio se fueron alargando, hasta el punto de que Marcao sigue convaleciente. Cuestionado en sala de prensa, el míster, José Luis Mendilibar, explicaba que no se trata estrictamente hablando de una recaída, sino de algo, quizás, más preocupantes: los médicos no saben qué tiene realmente. "Tiene para un tiempo largo; no está bien y no ha completado ningún entrenamiento. Los médicos siguen haciéndole diferentes pruebas, sobre todo para que no vuelva a recaer, que es lo importante", apuntaba el de Zaldívar en vísperas de la visita a Mendizorroza. Y la situación del zaguero no ha variado en absoluto.
Por si fueran pocos problemas, como reza el refrán español, 'a perro flaco, todo son pulgas'. La polémica ha salpicado al brasileño, que se ha visto envuelto en un episodio que no debería pasar de mera anécdota, aunque ha provocado que parte del sevillismo, enfadado por la mala racha de su equipo (0 de 9 en LaLiga, siendo colista y único sin sumar todavía), se haya lanzado contra él a través de las redes sociales, obligándole a emitir un comunicado dando explicaciones y, en cierta manera, pidiendo disculpas. Y eso que, inicialmente, que te paren en un control rutinario antidrogas en la carretera no es plato de gusto, aunque tampoco algo cuestionable. Su mujer, que documentó el momento en varias 'stories' de Instagram, se reía de la cara de circunstancias de Marcao, esperando fuera mientras ella y sus hijos permanecían en el interior del vehículo, al tiempo que bromeaba con qué pasaría "si el cachorro empieza a ladrar", en alusión al perro que inspeccionaba el maletero.
Seguidamente, varios aficionados nervionenses censuraron que el jugador y su familia se fueran a la playa en plena crisis de juego y resultados, ya que ellos habían desvelado que les pararon camino de Cádiz. Tampoco es obligatorio encerrarte en tu casa para compadecerte, pensarán otros, aunque el ex del Galatasaray trató de excusarse argumentando que no fue a la provincia vecina "a disfrutar de la playa" (lo que tampoco tendría nada de malo, por cierto), sino por otra razón: "Estoy cansado y no soporto más quedarme fuera de los partidos sin poder jugar y ayudar a mis compañeros. Por eso, busqué un profesional de fisioterapia que me ayudara a recuperarme rápida y eficazmente para poder volver a jugar. Ése fue el motivo de mi viaje. Fui a ver a este profesional para hacerme una evaluación. Ahora, voy a trabajar aún más para estar en el campo y dar lo mejor de mí por el Sevilla". Su mujer colgaba un vídeo del central zurdo haciendo ejercicios de musculación y le halagaba: "Ojalá tuviera un 1% de su determinación".