Joana Sanz ha soltado la bomba solo unos días después de que saliese a la luz la absolución de Dani Alves en el caso donde se le acusaba de agresión sexual y por el que pasó por la cárcel de Brians 2 de Barcelona. La modelo ha anunciado que está embarazada a través de una publicación en sus redes sociales muy emotiva, repasando además los momentos difíciles que ha pasado en estos últimos años. Un proceso que no ha sido nada fácil, ya que ha intentado quedarse embarazada en varias ocasiones, aunque tristemente sin éxito.
"No quería compartir nada hasta que fuera más que evidente, pero quise compartirlo por las que están en la lucha.Tuve que lidiar desde los veintidós años con preguntas de “¿para cuándo el bebé?”… Qué presión social tan aterradora. Nunca tuve instinto maternal, ese deseo de tener hijos o de que me guste cargar el bebé de alguien. Con el paso de los años mi grupo de amigas fueron teniendo bebés y las redes sociales se llenaban de nacimientos (supongo que por edad es lo que toca). No es una broma la frase de “se te va a pasar el arroz”. Hay tanto desconocimiento sobre la edad reproductiva de la mujer y que no es tan fácil quedarse embarazada. Hace cinco años me planteé con mucho miedo la idea de ser madre. Miedo porque un ser humano dependerá de mí para sobrevivir, miedo de no trabajar, miedo de perderme yo como mujer… Pero esto es otra historia. Lo que venía a contar es que una mujer de veintisiete años sana se encuentra con dos FIV, tres perdidas y de últimas una operación de trompas sumado a la aparición de endometriosis. Me hice pruebas de todo tipo a lo largo de los años, con unos embriones divinos y sin encontrar el por qué a nada. La frustración y el por qué “todas” se embarazan como por arte de magia me atormentaba. Estoy acostumbrada a que con esfuerzo, trabajo duro y perseverancia consigo lo que me proponga, pero esto no va así querida. Para colmo me tuve que tragar la dichosa pregunta de “¿para cuándo el bebé?” Una y otra vez con tanto dolor en el pecho. Perdí a mi madre hace dos años, no tengo padres ni hermanos, la sensación de orfandad y vacío me ha acompañado hasta el día que escuché el corazón de mi bebé por primera vez. Mi último embrión congelado, mi última esperanza de tener esa razón por la que ser fuerte en la vida. Aquí está, sana y creciendo. Y yo sé que fue mi madre quien me la envió para que nunca más me sienta sola, para que le eche ganas a la vida y tenga este arcoíris lleno de amor después de tanta tormenta. Aún no me lo creo y me despierto en la madrugada con el miedo de ver las sábanas llenas de sangre o cierro los ojos en las ecografías hasta que escucho que todo está perfecto. Todo llega, no desistas.
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