Han pasado dos días desde que ganara su primer Roland Garros y Carlos Alcaraz sigue en una nube. El murciano ha cumplido el sueño que tenía de pequeño, ganar los dos grandes del tenis como Wimbledon y el torneo de tierra batida parisina, tal y como se ha podido comprobar en el vídeo difundido en la mayoría de medios de comunicación y también en redes sociales recordando sus palabras cuando era un niño.
Tras deshacerse del alemán Alexander Zverev en un partido memorable en la pista Philippe Chatrier, el español lo celebró al más puro estilo Rafa Nadal, tirándose a la tierra y después celebrándolo con los puños apretados. Saludó a su rival, se fue a festejarlo con su equipo y familia y después recibió una Copa de los Mosqueteros que guardará en casa para siempre.
Sin embargo, y como venía siendo habitual en las últimas ediciones, Alcaraz no podrá recordar su victoria en Roland Garros con el posado de la Torre Eiffel de fondo. Según ha confirmado la organización de Roland Garros al medio Relevo, "el dispositivo de seguridad que está desplegado en la capital francesa para la cita ha hecho inviable que Alcaraz posara delante de la Torre Eiffel". La foto soñada del murciano no será posible, al menos este año en el Grand Slam. No obstante, no se descarta que si gana el oro olímpico pudiera entonces hacerse la foto en el Trocadero, como ya hiciera Rafa Nadal en catorce ocasiones.
Los Juegos Olímpicos se celebrarán del 26 de julio al 11 de agosto y en la capital francesa ya está montado todo el dispositivo de seguridad. El murciano se preparará ahora para la temporada de hierba y su participación en Wimbledon, antes de que participe en las Olimpiadas en los singles y en el dobles junto a Nadal.
Para no quedarse sin fotos con el trofeo y vestido de forma elegante, Alcaraz se dirigió este lunes hacia el estadio central vestido con camisa blanca y chaqueta negra de Louis Vuitton y se sacó las fotos oficiales en las gradas de la Philippe Chatrier.
Aun así, como no puede tener la foto con la torre más conocida de Europa y una de las más populares del mundo, el murciano ha decidido tatuarse en el tobillo izquierdo el famoso monumento con la fecha del domingo para recordar siempre su primer título en París.