La Semana Santa de 2020 será recordada en Sevilla durante décadas y décadas como aquella en la que ninguna cofradia pudo realizar su estación de penitencia por la pandemia de coronavirus Covid-19 que asola a España y casi todo el planeta.
Desde 1933, cuando ninguna hermandad ponía los pies en las calles de Sevilla, se vio algo igual. Esta vez no fueron los conflictos políticos, sino un virus, algo invisible al ojo humano, el que ha privado a toda Sevilla de su Semana Grande.
La Paz, La Borriquita y El Amor, La Hiniesta, Jesús Despojado, La Cena, San Roque, La Estrella y La Amargura. Todas ellas permanecieron con sus templos cerrados a cal y canto mientras por los balcones de muchos pisos resonaban marchas de Semana Santa y olor a incieso. Es el comienzo de una Semana Santa atípica, una Semana Santa de recogimiento obligado.