El
Sevilla ganó por centímetros un derbi muy igualado. Los centímetros que le permitieron remontar en dos acciones a balón parado, los que separaron a
Mandi del gol en su cabezazo o los que estaba adelantado
N'Zonzi en el segundo gol nervionense, que no debió subir al marcador. Para entonces, mandaba el Sevilla en el derbi, pero no amaneció así, ni mucho menos, el partido.
Y es que el
Betis mostró en los primeros 45 minutos su cara de los partidos de casa. Arrinconó al
Sevilla con su intensidad, trabó el partido y supo por dónde hacer daño a los nervionenses, con
Durmisi retando y superando a Sarabia y el juego volcado a la izquierda. Faltó más de los delanteros,
Sanabria y
Rubén Castro, para que el Betis lograra más renta que el 1-0 del primer tiempo.
Suele mejorar sus equipos
Sampaoli con los cambios y ayer lo volvió a hacer. La entrada de
Iborra y
Ben Yedder por
Sarabia y
Franco Vázquez supuso el cambio a un 4-4-2 con el que el Sevilla se hizo con el dominio del centro del campo. El valenciano liberó a
N'Zonzi, que comenzó a conectar con
Nasri.
Vitolo, que había sido el único que se salvó en el primer acto, siguió a su elevadísimo nivel.
Igualaron la intensidad los nervionenes y subieron la velocidad de circulación, haciendo difícil al
Betis llegar tan bien a la presión como en el primer tiempo. El
Sevilla ganó metros y aprovechó su envergadura en el balón parado para voltear el resultado. Si a
Sampaoli le funcionaron las modificaciones, a Víctor le salieron rana, pues justo al realizar los cambios de
Jonas y
Alegría por Sanabria y Tosca llegó el segundo tanto sevillista. No hubo reacción bética. El derbi volvió a teñirse de blanquirrojo.