La coherencia, ésa que tantas veces se ha echado de menos en el fútbol, se impuso sobre cualquier discrepancia. Si las únicas dudas estaban en cómo cuadrar el final del campeonato antes del 30 de junio y en las fórmulas para resolver las diferentes competiciones si el parón se alarga más allá de comienzos de mayo, algo que tendrá que valorarse en los próximos días, el final feliz era seguro.
La FIFA, la UEFA y la Conmebol transigieron desde el inicio; reconocieron que la superviviencia del fútbol pasa porque los clubes ganen el dinero que tienen previsto y los futbolistas puedan ingresar lo que tienen estipulado en sus contratos. Y lo resolvieron desde el minuto uno, atrasando Copa América, Eurocopa y Mundial de Clubes. Ya habrá tiempo de cuadrarlos en la 20-21. Aquélla será otra historia. En ésta, se impuso la razón.