Cualquier
reacción arranca con el
aprendizaje de los errores que han provocado el bache y en la búsqueda de una solución inmediata. Teoría que
Lopetegui aplicó en el con un paso al frente integral que despeja por completo las dudas y le permite recuperar crédito en una situación sumamente delicada.
Su planteamiento anuló por completo al
Getafe y, lo más importante, incluía la dosis de valentía que tantas veces se ha echado en falta en su
Sevilla y que le ha costado desperdiciar demasiadas ventajas en el marcador.
Este domingo sin embargo, abrió la veda para ejecutar contragolpes cuando fue posible, lo que evitó a los
azulones encerrarles y, por supuesto, propició la sentencia del encuentro, lo que no hizo en otras ocasiones por el mero hecho de no perseguirlo.
Precisaba ese
atrevimiento, el necesario para grandes metas, y el equipo demostró que está de sobra preparado para golpear a la contra, que posee las armas para hacerlo y que, incluso, se siente
liberado cuando puede correr en vertical. Era uno de los requisitos que le faltaba a un equipo que este domingo volvió a ser sólido, con
Gudelj y
Fernando soberbios -ojo a esta pareja- y más efectivo de lo habitual, entre otras cosas porque también miró hacia la
portería rival cuando se puso en ventaja.