Tras el enfado y la decepción iniciales por la remontada de Vigo, en un partido en el que se pueden sacar muy pocas conclusiones positivas y sí muchas que llaman a la preocupación, hubo algo a lo que agarrarse de cara a los cuatro meses de competición que nos quedan: Youssef En-Nesyri.
El delantero sevillista no sólo anotó un gol, le anularon otro y lanzó hasta tres veces a portería, sino que fue un auténtico incordio para la defensa del Celta, que más de una vez se vio superada por el marroquí, pese a que casi siempre estuvo demasiado solo. Su partido le de la razón a Monchi, que apostó por él, y a un Lopetegui que por primera vez ha situado a alguien por delante de De Jong. Tal vez sea para consolarse, pero al menos es algo.