"La Audiencia Nacional desestima el recurso del Sevilla FC y confirma el cierre de dos sectores de su grada del Gol Norte del estadio Ramón Sánchez-Pizjuán por los insultos de sus aficionados en contra de Sergio Ramos, futbolista del Real Madrid, durante un partido de la Liga 16/17...".
El ninguneo al club de Nervión ya ha sobrepasado la escena y los tribunales deportivos para saltar a la Justicia ordinaria. Independientemente de lo que resuelva el Supremo, básicamente, esta sentencia señala al Sevilla como el 'único' club que insulta en el fútbol español. Nadie recuerda los tolerados cánticos del Calderón y el Wanda, o de Mestalla, las pancartas de los estadios vascos, las barbaridades cometidas en el Camp Nou y el Bernabéu.
Nadie se acuerda de las atrocidades de Boixos, Ultras Sur, Frente Atlético, Ultras Yomus, Herri Norte Taldea... sólo han 'pagado' Biris Norte. Cuando sólo uno es el ajusticiado y los demás salen indemnes convierte en víctima al Sevilla y en 'admisibles' acciones y actos reprobables. Lo de Ramos merece sanción, pero más leve que otras que ni siquiera se han tratado. Ése es el problema.