Ha tenido que aparecer Monchi para solucionar una situación abocada al desastre. La salida de Nzonzi parecía encallada. Sin la Premier para llegar a las cifras que manejaba el Sevilla, sin que el padre del jugador quisiera ceder su porcentaje, con varios equipos interesados en sacarlo a la baja conforme se acercara el 31-A y fuera más palpable el malestar del jugador... tuvo que llegar el León de San Fernando para satisfacer a todas partes.
El Sevilla está contento porque era consciente de que no podía retener al campeón del mundo y nadie le pagaba lo que pedía; el futbolista también porque se va a un club de Champions y que peleará por la Liga italiana; la Roma, porque se refuerza con un mediocentro de primer nivel a un precio caro pero no desorbitado; y hasta el padre no ha protestado. Todos felices.