Haro anunció el lunes
medidas contra los jugadores y el que ayer salió fue el
entrenador. Nada que sorprenda y que no sea habitual en el mundo del fútbol. Era una decisión lógica tras un final de temporada deplorable y en el que la afición pedía a gritos la
destitución de Víctor, pero ha llegado justo cuando menos lo estaba mereciendo, cuando los verdaderamente señalados eran los jugadores. Ellos serán los que estarán en el punto de mira de los aficionados el próximo domingo, los que tendrán que dar la cara y, al menos,
dar una imagen digna de este club.Pero también es el fracaso de una directiva que ha echado a dos técnicos en la presente campaña cuando
su objetivo era quedarse a las puertas de la UEFA y que no tiene que lamentar algo peor porque no tenía rivales en la cola de la tabla. Contra ellos... ¿Quién toma medidas?