Aunque Martín Presa trate de sacar pecho para no reconocer que los radicales influyen en las decisiones que toma en su club, al señalar que Zozulia es jugador del Rayo y que es el propio delantero ucraniano el que se ha echado atrás tras ver la reacción de los aficionados rayistas, nadie traga.
Después de que el bulo haya hecho mella en la afición rayista y después de que los medios madrileños hayan convencido a los pocos que aún podían tener dudas sobre la falsa noticia que asociaba a Zozulia con un grupo neonazi, ¿quién le da la vuelta ahora a esto? Ni el apoyo del Betis, ni de sus compañeros, ni las 'amenazas' de AFE y LFP de tomar medidas van a hacer que unos descerebrados cambien de opinión. Y el Rayo no se va a atrever a contradecir a los suyos. Zozulia lo tiene crudo. Es un caso especial y debe ser tratado como tal.