El
derbi, y lo habría sido igualmente para mal, ya es
historia para bien en el
Real Betis. La extraordinaria campaña que están firmando el único club español inmerso todavía en
tres competiciones le proporciona
retos cada 3-4 días a lo sumo, por lo que la digestión de la derrota en el
Ramón Sánchez-Pizjuán, por muy pesada que fuese durante las primeras horas, debe acabar sin mayor resaca que el convencimiento de que el plan de
Manuel Pellegrini es correcto. Los
baches han de ser tomados como tal: meros
accidentes, que no socavones, en un camino exigente, con curvas cada vez más y más pronunciadas. Pero la habilidad en la conducción de los heliopolitanos está altamente probada en la 21/22. Toca un nuevo
volantazo. La ocasión, encima, lo merece más que ninguna.
Arriba este jueves (21:00 horas) al
Benito Villamarín, escenario de los cuatro próximos partidos oficiales de la escuadra adiestrada por el chileno (que no ha salido de la capital andaluza tampoco en los dos anteriores), un
Rayo Vallecano obligado a arriesgar para remontar una eliminatoria de
semifinales de Copa del Rey que trae perdida de la ida (
1-2). Como quiera que el valor doble de los goles en campo contrario ya es historia, cualquier triunfo frajirrojo le brindaría opciones, como poco, de jugar la prórroga, por lo que en La Palmera deberán evaluar si conviene, como las otras veces contra los de
Andoni Iraola, jugársela al
intercambio de golpes o resultará más productivo esperarles y apuntillar, habida cuenta de la soltura heliopolitana para adaptarse a ambos roles:
dominador y supuesto dominado.
Sea como fuere, el 'Ingeniero' espera contar con las mayores armas posibles para asegurar la clasificación para la lucha directa por un título (allá por el
23 de abril en el Estadio de La Cartuja).
Bellerín, Canales y Fekir, de menos a más trascendencia en sus planes, arrastran molestias que complicarán su presencia, mientras que
Sabaly parece recuperado.
Juanmi regresa tras cumplir ciclo de amonestaciones en el derbi, al tiempo que
Montoya, Miranda, Camarasa y Rodri están descartados, salvo giro mayúsculo de los acontecimientos con el extremeño, único que podría forzar a tiempo. Sea como fuere, siguiendo su clásico guion de
rotaciones más o menos masivas, se esperan cambios en todas las líneas, en gran parte condicionados por las incógnitas todavía activas.
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